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La tenue diferencia entre los radicalismos políticos en el Perú

Fecha Publicación: 05/07/2023 - 22:10
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Incómodo, mas no sorprendido, ante la no expresa, pero sí evidente, alianza entre los supuestos representantes de los aparentes extremos del pensamiento político peruano: Perú Libre y Fuerza Popular; consideré necesario sumergirme en los textos sobre doctrinas y sistemas políticos, que explicaran esta contra natura mancomunidad.

Fíjense, el comunismo sostiene que los medios de comunicación, de producción y de distribución deben estar en manos del Estado, a cargo del partido único: el partido comunista. Esto lo hemos visto, entre otros, en China, Rusia, Cuba y Venezuela.

Según el discurso comunista, como paso previo para llegar a un mundo igualitario, primero deben implementarse los regímenes izquierdistas, generando las condiciones necesarias para llegar al comunismo utópico. Así, al llegar al poder, desestructuran el Estado, todas las instituciones y organismos gubernamentales. Es decir, el comunismo y el socialismo imperativamente buscan la reducción del Estado a su mínima expresión, para luego pasar a su extinción total; tal como lo plantea el anarquismo.

Efectivamente, lo que plantea esencialmente, el anarquismo y el anarcocomunismo es la desaparición del Estado, ya que, prácticamente, objeta toda jerarquía como mecanismo estructurante de una sociedad. El anarcocomunismo, utópicamente, enfatiza el esfuerzo colectivo para la consecución de la libertad plena del individuo, considerando (en mis palabras) que la sociedad humana estará mejor cuando vuelva al estadio que correspondía al buen salvaje.

¿No es acaso que esto se parece mucho al pensamiento libertario? Efectivamente, y reduciendo bastante el análisis, yo diría que entre el anarquismo y los libertarios la diferencia sólo radica en que estos reconocen la necesidad de que los países conformen simbióticos, inevitablemente, parte de un mundo ya interconectado, globalizado, en la que es necesario el tráfico de bienes y servicios propios del libre mercado.

¿El fascismo qué es, en qué se diferencia del socialismo? Pues yo diría que en muy poco. Así es, el fascismo, a diferencia del socialismo, sostiene que no es necesario expropiar los medios de comunicación, de producción y distribución, pero sí controlarlos. Es decir, sea el Estado quien defina a quiénes comprarán y venderán, a qué precio, qué cantidades se importará-exportará y a dónde; es decir, gobiernos intervencionistas y al extremo dictatoriales.

El pensamiento político de la derecha tiene muchas derivaciones, que, de acuerdo al contexto o coyuntura, modifican sus discursos con el objetivo de evitar el rechazo de los extremos. En los partidos democráticos supuestamente de derecha, aparentemente enemigos dogmáticos de los socialistas, encontramos de todo y para todos los gustos; es decir, dogma ni filosofía política los sostiene; no son ni chicha ni limonada.

Los denominados progresistas son pequeños grupos de la sociedad civil organizada que reivindican derechos que consideran deben serles reconocidos. Sin embargo, dogma o pensamiento político, en puridad no tienen. Estos movimientos han sido estratégicamente adheridos por la izquierda, a cambio de un espacio en las listas electorales y de visualización mediática.

Entonces, Quijotes, Fuerza Popular y Perú Libre son hermanitos para la corrupción y la impunidad; son enemigos para las graderías. Buscarán debilitar la colaboración eficaz, no promoverán la vacancia presidencial por la comisión de delitos comunes y/o de gestión, no promoverán la cancelación de los partidos que postulan delincuentes. Hermanos peruanos, ni Fuerza Popular ni Perú Libre se sostiene en dogma política, no son cantera filosófica política, el bienestar social no les interesa: ¡son agrupaciones políticas conformadas para delinquir!... ¡Eso es todo!

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