La Salud Pública y Melisa
Todo trabajador del Ministerio de Salud, EsSalud, Sanidades de las Fuerzas Armadas y Policiales, gobiernos regionales y locales, debe tener una visión general de la salud pública, entender la necesidad de un planeamiento estratégico al respecto, saber su historia para comprender las causas de sus carencias, tener información y perspectiva de lo que significa el Aseguramiento Universal en Salud, conocer la importancia de una política de medicamentos para fortalecerla y comprender cuán crucial es un financiamiento adecuado.
No hay un compendio de estos temas. Sí algunos textos y apuntes, aquí y allá, sobre ellos, pero sin concatenarlos y relacionarlos desde una visión integral e integradora. Por ello es importante para el sector que la Escuela Nacional de Salud Pública, ENSAP, del Ministerio de Salud, haya iniciado su ciclo de capacitación interna, Jueves de la Salud, dirigido a sus servidores, en el cual, por iniciativa de su director general, el Dr. Óscar Ugarte, y dictado por él, se tocan precisamente esos temas de gran actualidad.
La pandemia de la COVID-19 reveló cuán desarticulado y fragmentado está nuestro sistema de salud y cómo una emergencia nacional lo puso al borde mismo del colapso. No necesito describir la angustia y la frustración de los meses que pasaron desde marzo de 2020. Cada quien tiene su propia crónica de incertidumbre, de temor y en muchos casos de muerte de esos días de espanto.
La salud pública desde la colonia fue un ejercicio de caridad. Al convertirse, luego de muchos años, en un derecho reveló que para que un derecho sea tal debe ejercerse, sino no es más que una declaración retórica. Construida entre avatares e insuficiencias propias del sistema político y social, ha ido avanzando entre tumbos y realizaciones pero sin satisfacer las necesidades de la población, en especial de la menos favorecida.
El Ministerio de Salud trata, con gran esfuerzo, de remediar las diversas carencias sanitarias. Sus trabajadores lo hacen a diario en cualquiera de sus puestos a lo largo y ancho del país. Por ello necesitan interiorizar lo que es la salud pública, cómo se ha enfrentado en el tiempo, qué requiere para su fortalecimiento y cuáles deben ser el enfoque y la estrategia para que el derecho ciudadano a una vida sana sea cada vez más real para todos.
Llena de héroes anónimos, la salud pública peruana se va construyendo poco a poco. De ese solemne anonimato quiero rescatar ahora un nombre, el de Melisa Jeins Ashanga Marichin, la enfermera de Loreto que vivió toda su vida allá y que tenía 30 años y una hijita, cuando su ciudad fue uno de los epicentros mundiales de la pandemia. Melisa estaba allí y quiso atenuar el dolor de la gente sobreponiéndose a los primeros síntomas de la COVID-19 hasta que sus pulmones colapsaron. Fue la primera trabajadora de salud en morir de la enfermedad.
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