La salud pública en el Perú o de uno de los nueve monstruos

Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal
y la migraña extrajo tanta frente de la frente!
César Vallejo

Mientras escribo estas líneas, los trabajadores de EsSalud han anunciado el inicio de una huelga indefinida nacional. Médicos, enfermeras y personal administrativo irán al paro indefinido. La medida de protesta provocará que se detenga el servicio de una serie de áreas de los centros de salud que forman parte de EsSalud.

Si existe un estamento del Estado donde realmente se siente el abandono del gobierno ese es sin duda el sector salud. ¿De qué nos sirve la infraestructura sino tenemos personal? Existe un déficit de 25 mil profesionales de la salud, de los cuales cerca de 16 mil son médicos. EsSalud tiene una deficiencia tremenda de recursos humanos y si a ello le sumamos un paro imagínense.

No solo se requiere la construcción de más hospitales, sino acercar los servicios del Estado a la gente, crear prestaciones sociales con calidad, como salud, educación, crear “infraestructura social” que dignifique a las personas.
Las personas pasan, pero una realidad año tras año permanece constante, inmutable, inalterable, inamovible al paso del tiempo. Esa realidad es la situación de la salud pública en el Perú. La salud pública está colapsada.

Hoy, igual que ayer, en el Sabogal o el María Auxiliadora, un paciente entra con un derrame cerebral a las 8 a. m. y lo atienden a las 5 p. m. Otro paciente con leucemia mieloide está en peligro de muerte porque el hospital no tiene imipenem desde hace semanas. La gente sale por las ventanas en las Emergencias totalmente hacinadas de los hospitales de la capital. ¿Cómo estarán los de provincias?

Podría escribirse una enciclopedia de 10 tomos o hacer una miniserie con todos los casos reales que ocurren a diario en los hospitales del país. Gente enferma haciendo colas desde las 2 a. m. Pacientes internados viviendo y haciendo sus necesidades fisiológicas básicas en los pasillos durante semanas. Baños en estado deplorable.

El Área de Emergencia totalmente colapsada en el primer hospital del país. Parece que hubiera ocurrido una catástrofe que sobrepasó los servicios, pero no, es solo un día cualquiera. Entonces, lo que tenemos que hacer es exigirle al ministro del sector y al presidente de EsSalud que se elaboren proyectos de inversión, porque plata hay. Eso es lo peor de todo.

Esta pandemia sacó lo mejor y lo peor de la gente. Las más encomiables muestras de generosidad y empatía, y las más despreciables y repudiables muestras de egoísmo, indiferencia y falta de solidaridad. Sin embargo, en la realidad inmutable del sector Salud, parafraseando a Vallejo, el cadáver ¡ay! siguió muriendo.

Lo peor es que mientras escribo estas líneas, miles de peruanos siguen esperando en los pasillos para ser atendidos, haciendo colas interminables sólo para sacar cupos de atención, miles de peruanos, los más pobres, siguen muriendo por negligencia, impericia e indiferencia, en todos los hospitales públicos del país.

Por José Ignacio Carrión Richardson

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