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La rendija plebiscitaria

Fecha Publicación: 19/01/2019 - 22:10
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No creo haber pecado de precipitación al advertir que el año 2019 correrá firme el surgimiento de un “oficialismo difuso” en el Congreso como consecuencia de la crisis y fracturación padecidas por la bancada de Fuerza Popular. La renuncia del parlamentario Israel Lazo a la misma deja al bloque keikista con 55 representantes y todo apunta a que seguirá el éxodo en este grupo.

Sigo sosteniendo que la nueva correlación de fuerzas en el Parlamento gestionará una actitud más cooperante hacia el Poder Ejecutivo por parte de los nuevos “independientes” hasta el límite de no proyectar entreguismo o sumisión. Aunque sin duda alguna el Gobierno usará métodos abiertos o solapados para conseguirlo. La foto colaboracionista será buena para algunos de esos disidentes pero tiene fecha de caducidad en el 2020 cuando se abran los fuegos preelectorales.

Aún así, la oposición dura y pura que se ha calzado el presidente Martín Vizcarra (según él, por arroparse en la indumentaria de un cruzado moralizador. Según sus irreductibles adversarios, por jugar en pared con lo más graneado del caviaraje nacional que captura instituciones desde los tiempos de Alejandro Toledo) no lo deja ni a sol ni sombra, encontrando en las dubitaciones acerca de las viejas cercanías de su empresa constructora con la vilipendiada Odebrecht (a través del consorcio Conirsa) el hilo conductor de una molestosa pesquisa.

Es posible que esta relación empresarial no tenga más carne que la de un simple proveedor de maquinarias a los grandes de la industria de la construcción cuyas triquiñuelas fueron pilladas años después. Sin embargo, la reacción de Vizcarra frente al hecho abrió otra línea de suspicacia sobre sus métodos gubernamentales y lo mucho que estira el chicle de la popularidad de la cual hoy goza.

Ello estuvo referido a lo que Vizcarra señaló –por primera vez en su gestión levantando la voz y visiblemente molesto– el martes 15 al ser consultado sobre los comentarios suscitados por las cuitas de la empresa CyM Vizcarra: “Nosotros tenemos la solidez de un trabajo correcto y honesto…Y eso le consta al pueblo. Y por eso el pueblo apoya y respalda”.

Por supuesto se trata de unas expresiones infelices y oportunistas. El respaldo popular no otorga patente de impunidad a funcionario alguno ni lo parapeta del ojo fiscalizador de su pasado o presente. Argumentos parecidos ha escuchado la historia de los más crueles dictadores y los más corruptos gobernantes cuando la “popularidad” tocaba sus puertas.

Preocupa en verdad las rendijas plebiscitarias por las cuales Vizcarra siempre quiere escaparse. Y debe preocuparnos más cuando se le pide rendición de cuentas sobre temas de los que aparentemente saldría bien parado. ¡Como será en el futuro respecto a otras imputaciones!

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