La red de la prensa comprada
Dentro del escándalo de la USAID, que puede resumirse en el desvío de fondos gubernamentales norteamericanos para proyectos no autorizados federalmente, resalta un tema singularmente clave para el interés de los peruanos: la existencia de una red de operaciones secretas orientadas a manipular a los medios de comunicación y la corrupción de periodistas como parte de una guerra intensa de operaciones psicológicas y desinformación masiva, la cual compromete a un número de medios, redes sociales y activistas que deben ser investigados y sentenciados, inclusive por traición a la patria.
En síntesis, lo que se ha publicado es que USAID canalizó cientos de millones de dólares a través de una entidad centralizadora de operaciones encubiertas, Internews Network. Esta ONG transnacional supuestamente apoyaba a la “prensa independiente” financiándola, entrenándola y controlando medios directamente en más de 30 países. “Solo en 2023 trabajó con 4,291 medios, entrenó a más de 9,000 periodistas y produjo 4,799 horas de contenido”. Una brutalidad que recibió fondos del “Deep state” estadounidense, el ala de izquierda radical de fundaciones globalistas como la de Bill y Melinda Gates, la MacArthur, Open Society de Soros, Rockefeller Brothers Fund y Clinton Fund, además de corporaciones tecnológicas como Nvidia, Trench CX, etc.
Según denuncian los interventores de USAID, esta red siniestra identificaba y compraba medios y periodistas para alinearlos con su ideología progre, caviar y woke, pero también para lanzar campañas de desinformación y censura (caso de Facebook y Twitter antes de Musk) en torno a temas sensibles (detrás de los cuales se encontraban los intereses de grandes corporaciones) como los pseudoambientalistas, el aborto masivo, la ideología de género y procesos electorales en los cuales pudieran avanzar posiciones conservadoras.
En el Perú, hasta donde se denuncia de momento, algunos medios y centros de difusión que recibían la “cooperación” eran, increíblemente, El Comercio, La República, RPP, Epicentro, La Encerrona, IDL y una lista aparentemente larga que todavía no se conoce, así como periodistas, editores, conductores de radio y televisión y “comunicadores” que serían desde granjas de trols hasta presuntos “influencers”.
¿Esta recatafila de subversivos y traidores estuvo detrás de operativos como la falsa denuncia de la DEA contra Keiko Fujimori; las protestas golpistas contra Merino; el movimiento antiminero; el separatismo aimara; las asonadas pro Castillo; el encubrimiento del caso Odebrecht; y las políticas de Estado pro agenda 2030?
Habrá graves sorpresas. De momento, el evangelio de la prensa independiente está en el suelo.
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