La RASD no es una entidad reconocida por la ONU
Reproduzco íntegramente mi intervención de ayer, aquí en Nueva York, ante la Cuarta Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, sobre la inexistencia de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática – RASD.
“Señora Presidenta, permítanme recordarles que una de las primeras decisiones de política exterior tomadas por el Gobierno del Perú, cuando fui Ministro de Relaciones Exteriores de mi país, fue romper las seudorrelaciones con la RASD, con el fin de rectificar el curso de la historia. Insto a los pocos países de la ONU que siguen reconociéndola a hacer lo mismo. Esta entidad no es reconocida por Naciones Unidas ni por más del 85% de sus Estados miembros, así como por ningún miembro permanente del Consejo de Seguridad ni la Unión Europea. El 15% que sigue reconociendo a la RASD lo hace por razones puramente ideológicas, por desconocimiento del contencioso regional o por interés geopolítico.
La mayoría de la población saharaui vive en el Sáhara marroquí y disfruta de todos sus derechos sociales, económicos y culturales. Esta región, que tuve el honor de visitar, está gobernada por representantes locales elegidos por la población, que representan el liderazgo político destinado a gestionar, de forma democrática, sus asuntos locales.
Lo que debemos hacer es condenar a la RASD, que comete sistemáticamente actos de violencia contra las poblaciones secuestradas en los campamentos de Tinduf, en el oriente de Marruecos. Los supuestos dirigentes de la llamada RASD no tienen legitimidad democrática para arrogarse la representación del Sáhara y la mayoría han sido acusados de delitos sexuales o de malversación de ayuda humanitaria, y están a sueldo de Argelia, país en donde se encuentran los campamentos de Tinduf, con el fin de combatir la integridad territorial de Marruecos.
Se ha puesto en marcha una dinámica internacional para poner fin a este contencioso regional, que nunca tuvo razón de ser y que desde hace casi 50 años hipoteca el futuro de toda una región y de todo un continente. Esta dinámica se refiere a la avalancha de apoyos a la marroquidad del Sáhara y a la Iniciativa de Autonomía presentada por el reino alauita en 2007, como única base para resolver el conflicto artificial del Sáhara marroquí. Este apoyo, que se ajusta perfectamente al derecho internacional y a la Carta de la ONU, y que exige el pleno respeto de la soberanía y la integridad territorial de todos los Estados miembros de la ONU, incluido Marruecos, procura corregir la historia.
Si algunos afirman falsamente que Marruecos no tiene soberanía sobre su Sáhara, que vean que las matemáticas no mienten, pues el número de Consulados Generales inaugurados en el Sáhara marroquí y los Comunicados Conjuntos firmados por Marruecos con los países del Consejo de Cooperación del Golfo, o entre Marruecos y los Estados insulares del Pacífico, que apoyan sin ambigüedades la soberanía nacional y la integridad territorial de Marruecos, incluido el Sáhara marroquí, sigue aumentando. ¿Qué dirían también de las decisiones oficiales de los Estados Unidos de América, España y Francia de reconocer la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara?
Argelia y los pocos países que reconocen a la RASD deben darse cuenta de que la solución de la cuestión del Sáhara marroquí es un asunto de tiempo, porque es inexorable. Lo sabe también el obsoleto Polisario apoyado por Argelia.
Señora Presidenta, es hora de dar vuelta a la página. Con la historia y el derecho por delante, sin empirismos y con pragmatismo y realismo, dignifiquemos al pueblo saharaui.
Muchas gracias”.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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