La profecía autocumplida
A Patricia Benavides, los caviares le juraron su cesantía del cargo de Fiscal de la Nación, el mismo instante en que esa valiente, ahora ex Fiscal de la Nación, tuvo el nervio de abrirle investigación fiscal al impresentable Pedro Castillo. Fue cuando el corrupto cajamarquino, profesor de nada y golpista frustrado, se consideraba a tope de su efímero poder. A Benavides no le tembló la mano ni la voz para enfrentarse al entonces todopoderoso Pedro Castillo, quien ya se encaminaba a ensamblar un régimen autocrático, respaldado por la extrema izquierda latinoamericana aliada de la banda criminal los caviares. Estos últimos, acostumbrados a venderse a cualquier poder de turno que haya existido el Perú desde comienzos del siglo XXI. Asimismo, tanto los infames “niños” de Acción Popular, como los tontos útiles del pensamiento de derecha y centrista, se hipotecaron a otra banda criminal. Esta última incorporaba a la infame “gran prensa” local; conglomerado de gacetilleros corruptos, enlodados hasta el tuétano en el affaire Odebrecht, y caja de resonancia de la organización criminal que lideran los caviares. Por cierto, estos últimos dispusieron que la “gran prensa” se ponga a órdenes del Ministerio Público. En concreto, al servicio de los fiscaletes Rafael Vela Barba y José Domingo Pérez Gómez, manipulados a su vez por el hombre de paja de Odebrecht, Gustavo Gorriti. En pocas palabras, gentuza que –sabemos– encarna demasiado bien a la auténtica carroña nacional. La escena política enrumbaba al Perú directamente al modelo cubano/venezolano; sin dudas ni murmuraciones. Y repetimos, en medio de esa tormenta y en solitario, la ex Fiscal de la Nación Patricia Benavides puso el pecho por el Perú colocándose al frente de lo poco que quedaba de Justicia en este país. ¡Bajo tales condiciones, la Fiscal Benavides se enfrentó a la camorra caviar! Ésta última maniobraba a su alma mater, la Fiscalía de la Nación; y soterradamente coordinaba con él, en esos momentos, todopoderoso prosenderista y jefe de Estado, Pedro Castillo. Al final del día, Castillo ejecutó un golpe de Estado ignorado por los comandantes de las Fuerzas Armadas. Consecuentemente, fracasó en el intento e inmediatamente fue detenido – en forma espectacular– y apresado por orden de la Fiscal Benavides, imputado por sublevarse contra el orden constitucional.
Sin lugar a duda, muchos peruanos del siglo XXI son ingratos, desleales, arteros indignos pero, sobre todo, demasiado incoherentes, tanto que a una figura nacional, como la ex Fiscal de la Nación Patricia Benavides, la han dejado caer sin ofrecerle respaldo; y al Estado peruano se lo han dado en bandeja de plata a la organización para delinquir que dirige el clan caviar, patrocinado por Gorriti. Repetimos, la Junta Nacional de Justicia es un organismo politizado, cuestionado por gran parte de los juristas de fuste del país. Probablemente, los caviares nombren Fiscal de la Nación a Zoraida Avalos, tras lo cual veremos la reivindicación del ex gobernante Castillo Terrones, y la reincorporación al poder político de la izquierda totalitaria, con su correspondiente carga de venganza.
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