La poética de la sospecha

¿Por qué escribe un hombre? ¿Para qué? Se escribe para capturar el instante, para perpetuarlo del modo más ruin en el registro de quien necesita un soporte para su historia. Se escribe porque el tiempo nos enseñó que el día es un espejismo, una construcción social sobre la que inventamos acciones para darle sentido a lo que somos. Entonces aprendes a sospechar, sabes que la duda es la única posibilidad para la construcción de tu relato. Por eso estás atento al vuelo de aquel pájaro que grazna esa señal que desconoces. Y sospechas de sus alas, sospechas de la ruta que se marca en el cielo como una estela extraña, sospechas de lo que observas, quieres entender lo que el ojo afirma, pero sospechas del ojo, sospechas de tu capacidad auditiva, sospechas del tacto al que te arrojan las palabras, sospechas del árbol que sostiene la estación más terrible del planeta. Sospechas de ti porque aprendiste que solo derrotándote tendrás autoridad para increparte.

La vida te ha entregado lecciones, en tus manos crece una casa por la que corres alterando la tranquilidad, el silencio que cae sobre la madrugada con la convicción de un puma al acecho de sus ventanas. En tu manos también crece una jungla, una sabana por donde saltan los niños que dibujabas en la playa. Sospechas entonces de la playa, de los niños, de la jungla,sospechas del puma y las ventanas, sospechas de tus manos que se escapan de la casa. Sospechas de la casa. ¿Por qué escribes? Le pregunté al poeta Omar Aramayo.

Escribo porque sospecho, respondió. Escribo porque la poesía es la poética de la sospecha. Escribo por rabia y por ternura. Escribo porque sospecho de la rabia y la ternura. Lo quedé mirando y recordé mi infancia en la montaña. Me vi corriendo entre los cerros, preguntándoles a los árboles por qué mis padres me entregaron a ese silencio, a esas nubes en las que imaginaba perfiles, a esos halcones que asustaban mis palabras.

Se escribe para desequilibrar la lógica de los sucesos, se escribe porque no creemos en la estática de lo convencional. ¿Para qué escribe un hombre? ¿Por qué? Se escribe por placer, por gusto. Se escribe porque no tenemos otra forma de alcanzarnos.

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