La peor madre de Australia
Tras ser acusada de matar a sus cuatro hijos, Kathleen Folbigg, fue condenada en 2003 a treinta años de prisión y se convirtió en la peor asesina en serie de Australia. La condena se basó en pruebas circunstanciales, como unas anotaciones ambiguas en su diario y en el hecho de que fuera ella quien encontrara los cadáveres. Las muertes sucedieron en un lapso de diez años en que los cuatro bebés fueron muriendo mientras dormían, señalando los jueces que ellas se había debido a la acción directa de la madre.
Ahora, veinte años después, un tribunal de Australia anuló las condenas contra la australiana Kathleen Folbigg gracias a una investigación genética que planteó dudas sobre su responsabilidad por la muerte de sus cuatro bebés entre 1989 y 1999. Hace un año, el trabajo científico liderado por la inmunóloga española Carola García Vinuesa, probó que las muertes fueron accidentales. Consecuentemente, un grupo de 90 científicos, incluyendo dos premios Nobel, solicitó en una carta abierta la liberación de Kathleen, argumentando que los fallecimientos se produjeron por causas naturales.
Según la investigación, dos de las hijas de Folbigg habían heredado una mutación genética que podría provocar la muerte súbita del lactante. Los otros dos niños también padecían enfermedades hereditarias que podrían haber provocado que dejaran de respirar mientras dormían.
La investigación ha sido publicada por la Univesidad de Oxford, destacándose que en los dos últimos años los avances han sido tales que la mutación ha pasado de ser considerada probablemente patógena a patógena, elevándose considerablemente las probabilidades de que cause un resultado fatal hasta el 99%.
En los casos de los niños de Kathleen, la asfixia por mano extraña era casi evidente pues ella los encontró muertos en su casa. Si no era ella, quién, se preguntaban los investigadores y luego los jueces.
La llamada “peor madre de Australia” quien siempre sostuvo su inocencia, vio a los dos años a su padre, con antecedentes de abuso doméstico, asesinar a su mamá de varias puñaladas. A partir de allí, deambuló entre casas de parientes antes de ser acogida finalmente por una pareja en Newcastle, en Nueva Gales del Sur. Toda esta historia fue usada por los fiscales contra Folbigg en su juicio, argumentando que estaba predispuesta a la violencia.
Ahora libre, Kathleen, trata de reconstruir su vida. Le será muy difícil recoger sus pedazos esparcidos por todas partes. Pero lo intentará. Que Dios la ayude.
Jorge.alania@gmail.com
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