La ONU, el derecho y la denominada dignidad animal

Hoy, 17 de enero, que es el Día Mundial de Bendecir a los Animales, recordando a San Antonio Abad, patrono de los animales domésticos y de granja, y que va en consonancia con el “Día Mundial de los Animales”, que fuera declarado por la Organización Mundial de Protección Animal, durante su Congreso, celebrado en Viena, Austria, en 1929, salta la pregunta ineludible, mirando a nuestras mascotas, y en general, a todos los animales que habitan la Tierra, si es correcto o no, sostener que tienen dignidad como el hombre. De hecho, la acepción dignidad, que es exclusiva e intrínseca del ser humano, ha sido recogida en sentencias judiciales, derivadas de montañas de demandas formuladas preferentemente por organizaciones no gubernamentales - ONG, dedicadas a la protección animal. Recordemos que, en 1929, cuando fue adoptada la referida declaración de protección animal, su objetivo fue encontrar una solución al creciente y complejísimo problema de las especies en peligro de extinción, muchas veces debido a la propia mano del hombre. La lucha por los denominados derechos animales, entonces, fue tomando cuerpo con los años, hasta que, en Londres, del 21 al 23 de setiembre de 1977, fue aprobada la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, durante los desarrollos de la Tercera Reunión que abordó la creciente doctrina de los derechos de los animales. Era evidente que el marco de los reconocimientos de connotación jurídico-política que fueron consiguiendo los promotores de los derechos de los animales iba en ascenso, de tal manera que contó progresivamente con las aprobaciones sucesivas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura -UNESCO, y de la propia Naciones Unidas - ONU. Tres años más tarde, en 1980, el papa Juan Pablo II, declaró a San Francisco de Asís (1182-1226) –su festividad se celebra el 4 de octubre–, Patrono de los animales en general. El santo italiano consideró que todos los seres que habitamos la tierra somos criaturas de Dios. Aunque sigo creyendo que la acepción dignidad es única del ser humano, no podemos evadir o negar que los animales tienen un atributo propio a su condición de seres con existencia que proteger, como la del propio hombre que, finalmente, también es un animal. Seamos considerados con nuestras mascotas, siempre fieles. En todo el mundo, hoy serán bendecidas en misa. ¡Llevémoslas!

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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