La magnitud del reto a enfrentar

Aquellos que creían que la “tregua” de las movilizaciones sociales que se inició pocos días antes de la navidad y que continuaría hasta el 2023 ya se deben de haber decepcionado. No solo porque desde la última semana de diciembre ya se habían reiniciado diversas movilizaciones, principalmente en Puno, sino que ya se han anunciado otras en diversas zonas. Y se viene promocionando intensamente un Paro Nacional Indefinido a partir del 4 de enero.

Es que si bien el gobierno de Castillo se caracterizó, entre otros factores, por su elevada ineficiencia, en el único aspecto en el que fue eficiente fue en dividir al país (Lima versus provincias; pobres versus ricos; blancos vs. cholos, etc.), transmitiendo diversos mensajes contra el exitoso modelo económico (que triplicó el PBI y que redujo la pobreza a 20%, antes de la pandemia) y contra la Constitución de 1993. Presentando como solución a todos los problemas la aprobación de una nueva Constitución. Fórmula de fracaso comprobado, aplicada en Venezuela y otros países.

Es por ello que ojalá que el Gobierno haya aprovechado los días de “tregua” para disponer las medidas preventivas (las que obviamente no serían públicas) para morigerar las movilizaciones anunciadas en enero. En todo caso, eso lo apreciaremos en las próximas semanas, ya que guerra avisada no debería matar gente.

Y como ya hemos mencionado en repetidas oportunidades el mensaje de odio de Castillo cayó en terreno sumamente fértil, ya que había sido trabajado por la persistente “narrativa” de la izquierda desde hace décadas, y que increíblemente hasta ahora algunos líderes se resisten a aceptar. Por lo que de ninguna manera se crea que este problema estructural se va a solucionar solo con una eficiente acción de las Fuerzas Armadas y Policiales. Ya que este es un desafío integral que tomará muchos años en solucionarse, asumiendo que se aprueben las reformas de segunda generación

Es que quizás por la velocidad con que se sucedieron los acontecimientos a partir del 07 de diciembre , o por que se hicieron prevalecer, una vez más, los intereses particulares sobre los nacionales,o por cualquier otra razón, Dina Boluarte contribuyó a encender la pradera con el grueso error estratégico de mencionar que se quedaría en la presidencia hasta el 28 de julio de 2026. Lo que unido al ínfimo nivel de aprobación del Congreso, les dio a los movilizados las banderas que requerían para desatar las protestas en todo el país. Es que es evidente que en un subcontinente prácticamente dominado por gobiernos de izquierda; el que en Perú se logre deponer al presidente izquierdista de una manera absolutamente constitucional, que permanezca en prisión y con una serie de investigaciones en curso, resulta un pésimo ejemplo para los objetivos del Foro de Sao Paulo. Por lo que inmediatamente diversos países iniciaron una campaña en contra del gobierno peruano y no se descarta apoyo estratégico y financiero a los movilizados en el Perú. Si a esto le adicionamos la cada vez más descarada presencia del crimen organizado, especialmente de los mineros ilegales y el narcotráfico, tendremos una idea más cercana a la realidad de la magnitud del desafío que tenemos que enfrentar.