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La mafia caviar perdió a USAID, su principal financista

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Fecha Publicación: 04/02/2025 - 23:00
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Comentábamos ayer lo que, desde el inicio de siglo —concretamente, desde la llegada a la presidencia del condenado por corrupto Alejandro Toledo— han venido haciendo los caviares en el Perú. Hablamos de debilitar social, moral y políticamente a nuestro país, en complicidad con sucesivos e infames gobernantes. Como el citado Toledo, Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski, Martín Vizcarra y Francisco Sagasti, todos autocalificados socialistas. Además de no haber hecho otra cosa que robarle al país, aprovecharon su permanencia en el Estado para destruir la estabilidad democrática y política del Perú, sometiéndonos al caudillaje y esclavitud de la doctrina caviar, vía el vicioso proceso de politizar la justicia, apelando a judicializar la política; siempre y cuando, claro, la izquierda no se encuentre en el poder. Apelaron así al lawfare, convirtiendo al Poder Judicial y al Ministerio Público en cúpulas de dominio total del manejo del Estado, al mando de jueces previamente entrenados por ONG pagadas por los Soros del mundo.
Así, jugando a ser Dios, estas ONG consiguieron imponer, entre otras “metamorfosis”, el multisexualismo, hermafroditismo, transexualismo y otras mutaciones semejantes, concebidas —supuestamente— para “modernizar la humanidad”. También financiaron a conocidos grupos de antisociales para alzar en armas a sangrientos grupúsculos que “apoyaban” esas “transformaciones sociales”, propiciadas por la mafia caviar. Exacerbación de las pasiones que tuvo un altísimo costo en vidas, pero que, apelando al lawfare, los caviares endosaron la culpa a la entonces flamante presidenta Dina Boluarte. Aunque fueron los caviares quienes promovieron semejantes levantamientos para consolidar la transformación social del Perú en aquello que nunca fuimos ni quisimos ser, impuesta por ONG peruanas financiadas desde el exterior.
Hablamos entonces de decenas o cientos de millones de dólares distribuidos por potentísimas ONG, como la norteamericana USAID.
Reiteramos: a favor de esos objetivos antinatura nunca ha votado la mayoría de los peruanos en elección alguna que aparezca registrada en lo que va del siglo.
Sin embargo, la izquierda caviar permanece obcecada en su empeño de embutir a los peruanos la “fisonomía” y “mentalidad” del “hombre moderno”, proyectadas por esas ONG cuyos propietarios viven como magnates a costa de intentar convertirnos en lo que jamás hemos sido ni seremos. No sorprendería, pues, que la USAID haya estado involucrada en este empeño, ya que sus ONG predilectas promocionaron tanto la sangrienta expulsión del expresidente Manuel Merino como la entronización del caviar Francisco Sagasti Hochhausler.
Consideremos, tan solo, los recursos que necesitaron los caviares para montar esas violentas y mortíferas asonadas. Según entendidos, fueron cifras siderales; dinero negro posiblemente procedente de esos centenares de millones de dólares que “anónimamente” han permanecido ingresando —y continúan haciéndolo cada año— sin registro alguno en nuestro Estado, ni tampoco precisando el destino de su desembolso; precisamente por presiones, entre otros poderes fácticos, de grandes ONG como USAID.
El presidente Donald Trump tiene una tarea titánica por delante, enfrentándose al ala dura del Partido Demócrata que defiende a la mafia caviar internacional, por más que esta ralea haya sufrido un terrible golpe con el cierre/reorganización de la USAID.

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