La ley de la vida
La vida se desarrolla desde que el ser humano se encuentra en el claustro materno, nace, vive y se extingue, dejando un legado de lo que han sembrado y cosechado y dentro de nuestra estructura de personalidad tenemos de niño, joven, adulto y adulto mayor, cada etapa de nuestra vida es importante, una precede a la otra, empero en algunas circunstancias saltas las etapas, no por que desea que sea así, sino la realidad que tienes que vivir, como en el caso del niño y adolescente trabajador, que tienen que velar por la subsistencia de los hermanos menores que son huérfanos de padres, estudiando en la tarde o en las noches o los niños y adolescentes de alto riesgo, que han emigrado de sus hogares por los maltratos de los padres y superviven en las calles, viviendo del hurto para sobrevivir, sin tener infancia o adolescencia, que muchas veces se maldicen por haber nacido en esas condiciones que no la escogieron y la sociedad no hace nada por ellos, más bien los margina, pero muchos de ellos han salido de las calles, han formado una familia, han tenido la oportunidad de estudiar y graduarse de técnicos y en algunos casos profesionales y maestros universitarios; y otros, que tienen la oportunidad de vivir su infancia y adolescencia dentro de los parámetros normales por decirlo de alguna manera, que muchas veces por la falta de comunicación con los padres, no rinden en la escuela, abandonan los estudios, consumen drogas y alcohol y otros, que se desarrollan por el camino correcto.
La vida tiene una diversidad de escenarios que nadie los escoge sino les toca vivir de esa manera y si hay necesidad de corregirlos hay que hacerlo en beneficio del desarrollo y la personalidad. Cuando la persona es joven, se le presenta diferentes oportunidades, unos consiguen trabajo y estudian a la vez, en profesiones técnicas y universitarias, otros, se la buscan solos, han aprendido un oficio y lo saben ejercer en la vida practica en forma independiente; y otros, no hacen nada, les gusta vivir de la familia, concurrir al cine, al casino, los billares, perder tiempo en las esquinas sin sacar nada productivo, expuestos a malas tentaciones por holgazanes y gustarle la vida fácil.
Al dejar de ser jóvenes, el pensamiento y los sentimientos se van orientando a formar una pareja, tener hijos y conformar una familia, educar a los hijos, apoyarlos, aconsejarlos, ser realista y no pintarles pajaritos en el aire, porque el día de mañana los hijos y los hijos de tus hijos son la prolongación de ustedes, mañana más tarde, formarán su propia familia y los hijos se desvinculan de los padres independizándose, como dicen las escrituras, al formar una nueva familia las parejas se separan de su hogar originario para vivir en forma independiente.
Es importante no depender de los hijos en ningún sentido, esa situación los hará más libres, no condicionados a la venia de los hijos por ley de la vida ellos se independizan, viven su propia vida en su país o en el extranjero y la comunicación es más lejana, no porque nos dejen de querer sino por las obligaciones y responsabilidades adquiridas, pero los padres tienen la satisfacción de decir “misión cumplida”, ahora comienza nuestras vidas como esposo, esposa, convivientes o relaciones de hecho, cuando uno vuelve a estar solo con su pareja, como cuando recién comenzaron, vives para ella y ella para ti, comienzas hacer planes juntos, ir a un café, al cine, al parque, reunirnos con algunas amistades, al teatro, a conciertos, apreciar la naturaleza, algún viaje que se pueda disfrutar juntos, compartir una lectura o pensamientos que nos induce a la meditación y alimenta el espíritu, lo sexual pasa a segundo plano, lo trascendente es el amor, la ternura, el cariño, las caricias, el beso cálido, que se siente que nos pertenecemos el uno y el otro y no podemos estar separados, así es el amor de verdad.
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