¿La 'izquierda macha' a la presidencia del Senado 2026?
No debería sorprender que el partido de Antauro Humala anuncie una "coalición patriótica nacionalista-izquierdista" para el 2026 con los partidarios de Pedro Castillo, el otrora Caballo de Troya del "senderismo político" reciclado y movadefo que llegó a poner un pie en Palacio de Gobierno en 2021.
Esta "alianza estratégica" también aglutina a Juntos por el Perú (capitaneado por Roberto Sánchez, exministro castillista) y a "simpatizantes del nacionalismo, velasquismo y etnocacerismo", así como a agrupaciones "progresistas" de izquierda. Publicitan además a Castillo como “el primer preso político del Perú”; mientras señalan que el enemigo a derrotar es la "derecha globoneoliberal y proextranjera". Por supuesto, izarán otra vez la bandera por una Asamblea Constituyente y "gran transformadora".
En realidad desde al menos marzo de 2011, Humala comenzó a referirse a la “izquierda macha” (ver: "Con megáfono y sin soroche", 8/12/2012. Expreso. M. Lagos), concepto con el que identificó a organizaciones terroristas como Sendero Luminoso y el MRTA (grupo que también se recicló con otros logos y cuyos miembros han estado presentes en cuanto conflicto social violento hubo —sobre todo antimineros— en los últimos 25 años).
En sus primeros discursos, Antauro reconoció en estos movimientos extremos una “militancia heroica” y una lucha constante contra el "sistema neoliberal", aunque marcando distancia táctica respecto a sus métodos violentos antiguos. Ahora posan de "democráticos" apostando por la ventana electoral y los votos inadvertidos. Humala sostuvo que, tras convivir en prisión con miembros de la “izquierda macha”, encontró más coincidencias que diferencias, y anticipó que el futuro político del Perú estaría marcado por la convergencia entre el etnocacerismo y estos sectores extremistas de izquierda.
Cabe anotar que su proyecto se fundamenta en el nacionalismo étnico andino y la reivindicación de la “raza cobriza”. En este marco, el etnocacerismo rescata el socialismo, pero desde una perspectiva propia, conocida como “socialismo étnico”, adaptándolo a la realidad andina. Así, la vinculación con la “izquierda macha” se da en la coincidencia de objetivos antisistémicos y hondamente antiliberales, en todos los terrenos, aunque manteniendo ciertas diferencias identitarias y metodológicas.
Como escribimos aquí años atrás, este proyecto totalitario no se conforme con la lucha de clases marxista, sino que cruza destornillado hacia la lucha de razas para la polarización violenta. Su letalidad es obvia.
Sin duda, los esfuerzos castillistas convocados en el actual escenario, engancharán toda esta plataforma ideopolítica a un proceso constituyente refundacional. He aquí el objetivo de fondo.
Este junio de 2025, entonces, el antiguo anhelo de articular una alianza entre el etnocacerismo fascistoide y la izquierda extrema se materializa con el anuncio de una coalición que supone la confirmación de la estrategia anunciada por Antauro años atrás: unir fuerzas con la "izquierda combativa" para marcar el rumbo político del país. Este acercamiento representa la culminación de un proceso de diálogo y reconocimiento mutuo de fondo iniciado hace más de una década, pero que hoy se actualiza y se relanza también con otros actores coyunturales.
Sin embargo, tanto Antauro Humala como Pedro Castillo enfrentan impedimentos legales para postular a la presidencia en las próximas elecciones. Antauro no puede ser candidato presidencial ni congresal por su propio partido, declarado ilegal, aunque sí podría postular al Senado o a la Cámara de Diputados como invitado en otra agrupación legalmente inscrita, como Juntos por el Perú. Por su parte, Pedro Castillo, aunque está en prisión preventiva, no cuenta con una sentencia firme en su contra, por lo que podría postular al Senado o a la Cámara de Diputados.
En el juego político actual está por verse aún la reacción —o de apoyo o de desmarque— de los sectores que respaldan a Guillermo Bermejo, Guido Bellido... a Vicente Alanoca (que asoma desde Puno por el partido Nuevo Perú de Verónika Mendoza) y hasta al cerronismo de Vladimir y Waldemar. Pero es previsible que todos se unan en una posible segunda vuelta electoral.
Hay quienes, escépticos, se preguntan: ¿de dónde pueden sacar votos? Un dato es clave: 33% de los encuestados a nivel nacional (similar al porcentaje que apoyó al Ollanta chavista en las primeras vueltas de 2006 y 2011) según Ipsos, respaldó el autogolpe antidemocrático y delictivo de Castillo en diciembre de 2022.
Además, otra medición reciente (Ipsos, 21/04/2025) muestra que hasta un 37% podría votar por Castillo como senador y un 15% por Antauro. Como vemos, tienen una "tierra fértil" ya sembrada para cosechar. ¿Llegarán estas fuerzas incluso a presidir el clave poder político que surgirá desde el Senado en 2026? Veremos.
