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La insatisfacción de los seres humanos

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Fecha Publicación: 15/01/2025 - 22:20
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Hay muchas personas que se encuentran frustradas consigo mismas por no haber alcanzado los proyectos de vida que se trazaron por diferentes motivos. Entre estos se encuentran la falta de motivación, no tener claros los fines y objetivos, haber desaprovechado oportunidades, llenarse de obligaciones desde jóvenes, las cargas familiares, las limitaciones propias, la falta de voluntad, o el disfrute del presente sin una visión de futuro. Por el contrario, hay personas que, a pesar de las dificultades, encuentran en su fuerza de voluntad la clave para superarse, convertirse en emprendedores y sentirse realizados. No hay mayor realidad que la que llevas dentro de ti.
Les comento el caso de un adulto joven que salió de las calles y regresó a su hogar después de haber pasado muchas vicisitudes. Se dedicó a la construcción y llegó a ser maestro constructor, pero no duraba mucho en las obras, ya sea porque estas terminaban o porque se resolvía el contrato por diferentes razones. Paralelamente, este joven estaba terminando la secundaria, pero dejó de estudiar por dedicarse a la vida mundana, a los juegos de cartas, el alcohol y las drogas. En algún momento lo relacionaron con un delito de robo agravado, lo internaron en la cárcel, pero logró ser absuelto y fue puesto en libertad.
En la actualidad ha cumplido cuarenta y siete años. Ha construido el segundo y tercer piso de su casa y posee un terreno que le han adjudicado. Sin embargo, se siente irrealizado porque no ha logrado muchas cosas importantes en su vida. Ya no tiene la misma fortaleza para el trabajo de construcción, no tiene pareja porque siente que no tiene nada que ofrecerle y percibe que su edad ya pasó. Su salud está comprometida por problemas neurológicos, aunque son superables.
En estas fiestas tuve la oportunidad de conversar con él y le dije que no tirara la toalla tan rápido. Le recordé que tiene muchos años por delante y que lo importante es organizarse y planificar metas. Le sugerí, en primer lugar, terminar su secundaria, para que pueda presentarse a un trabajo, ya que ahora le exigen certificado de estudios. En segundo lugar, le recomendé preocuparse por su salud, acudir a un hospital para realizarse un chequeo completo y asegurarse de estar bien físicamente. Sin salud no hay nada: puedes tener el oro del mundo, pero de nada sirve si no puedes disfrutarlo. Él dijo que este nuevo año lo iba a hacer. Ojalá lo logre, porque es una persona de buenos sentimientos, aunque le falta apoyo y orientación. Le aseguré que podía contar conmigo y con mi señora para ayudarlo a alcanzar algo en la vida, relacionarse con buenas amistades y no sentirse insatisfecho.
Otro caso que me viene a la mente es el de una dama que siempre se sintió vacía interiormente desde temprana edad. Es inteligente, llegó a ser profesional, pero no tiene pareja ni hijos. Le agrada cantar, la poesía y la filosofía. Es una lucha permanente por encontrarse a sí misma. Desde pequeña hasta adulta se sintió incomprendida, marginada y observada. Desarrolló una enfermedad mental, bien controlada, que le ha permitido seguir adelante y adaptarse a la vida con dificultades. Sin embargo, avanza hacia sus metas, aunque le cuesta, y sobrevive en medio de un mundo que no es perfecto, porque no existen seres humanos perfectos. Eso solo ocurre en las películas o las novelas.
A pesar de todo, cada ser humano debe luchar consigo mismo y tratar de adaptarse a la realidad que le toca vivir. Ella me contaba que se sentía colgada de un hilo y que en cualquier momento este podía romperse. Yo le respondí que hay que prepararse para cualquier evento que asalte nuestra mente, que es como un cristal que puede afectarse por la naturaleza misma de las personas y las incidencias de la vida. Hay que hacerle frente para evitar la angustia, la ansiedad y la depresión. Y si no se puede evitar, al menos debemos estar preparados para asumir esas dificultades y superarlas, sin perder la esperanza de resolver las interrogantes que abruman a las personas y las hacen infelices.
No olvidemos que existen seres humanos buenos, capaces de expresar una palabra de aliento sin ningún interés, simplemente con la finalidad de sentirse satisfechos consigo mismos y no insatisfechos.

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