La Iglesia, la nueva estrella de Belén
Queridos hermanos, estamos ante el domingo de epifanía. El libro de Isaías nos dice: “Levántate y brilla, Jerusalén, que ya llega tu luz. Es decir, en medio de las tinieblas que vives, que cubren la tierra, porque no sabes a dónde vas porque no tiene sentido la vida, que tienes un sufrimiento con tu mujer, tu marido, tu novio o con el otro. Levántate y prospera, porque aquí aparece una luz inmensa, que es Jesús de Nazaret. Levántate, porque el Señor te está visitando, tus hijos llegaran de lejos si aprendes hacer la voluntad de Dios. Esa es la felicidad.
En el Salmo Responsorial 71 respondemos: “Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra. Confía tu juicio al rey para que rija tu pueblo con justicia y a los humildes con rectitud. Libera al pobre que clamaba, que no tenía protector y al indigente le salvará la vida de los pobres”. Dios te está ofreciendo su espíritu. Epifanía significa manifestación de Dios.
En la Carta a los Efesios se dice: “Ya que se me dio a conocer por revelación del misterio. Se manifestó a los hombres como se ha revelado con su espíritu, a sus santos apóstoles y profetas”. Dios te quiere regalar el misterio de Jesús, esto que es desconocido para muchos hombres. Dios se hizo hombre. Esta es la gran revelación del misterio de Jesús, y que busca llevarte a vivir un verdadero cristianismo.
El evangelio de san Mateo dice: “Jesús nació en Belén de Judá en tiempos de Herodes. ¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido?, preguntaban los magos, porque hemos visto salir la estrella y venimos a adorarlos”.
Hermanos, nace una estrella que es Jesús, sigue esta estrella y te llevará a él. ¿Dónde está esa estrella? Hoy esta nueva estrella de Belén es la Iglesia que te quiere acoger. Ven a la Parroquia, participa en los diversos carismas que el Espíritu Santo tiene preparado para ti. Este es el gran regalo que la iglesia te quiere dar para ti y tu familia. Pues no hay mayor herencia que les puedas dejar a tus hijos que la fe.
Continuando con el Evangelio: “Herodes llamó en secreto a los magos y quiso averiguar cuidadosamente sobre ese niño para yo también adorarlo”. Mentira porque quería matar a Jesús, porque tenía miedo que le quitará el trono. Hermanos, esto nos recuerda que muchos de nosotros llevamos un Herodes dentro y queremos apartar a quien nos roba el protagonismo.
Por último, san Mateo nos cuenta: “Solamente los reyes pudieron adorar a Jesús siguiendo la estrella y cuando llegaron se llevaron una gran alegría al ver al niño Jesús y, cayendo de rodillas, le adoraron”. Siguiendo la estrella podrás adorar a Jesús, poniéndote de rodillas serás feliz, experimentando la humildad del más humilde que nació en un pesebre. Eso es lo que quiere revelarte Dios en estas navidades.
Dios los bendiga.
