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La hora de Argelia sobre el Sahara marroquí

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Fecha Publicación: 16/12/2024 - 21:50
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A poco de finalizar el 2024, realmente complejo y conflictual en diversas partes del mundo, Argelia, país árabe del norte de África, deberá ser consciente de la dominante corriente internacional en favor de la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental, y de la propuesta de autonomía para esta región meridional marroquí, formulada por el rey, Mohamed VI, a las Naciones Unidas, en 2007.

Luego del retiro definitivo de España de esa parte de su excolonia, en 1975 –Francia, la otra expotencia ocupante, lo hizo en 1956, año en que Marruecos alcanzó su independencia–, Argelia, el vecino de Rabat, dominado por su frustración de no tener la cualidad geopolítica atlántica marroquí, mirando con asombro e impotencia cómo su pueblo, correspondía al llamado de su rey -era Hassan II-, emprendió la histórica Marcha Verde, la mayor y más trascendental movilización ciudadana marroquí contemporánea -en 2025 se cumplirán 50 años-, se decidió por llevar adelante, una estrategia fundada en la falacia para arrebatar a Marruecos, a cualquier precio, su referida virtuosa realidad costera.

El régimen argelino, desde entonces, ha vivido enloquecido por esta ciclópea falencia geopolítica, sin importarle siquiera las graves consecuencias de su irresponsable proyecto, pasando factura a las poblaciones saharauis minoritarias de esa región –aun yacen secuestradas en los campamentos de Tinduf–, lo que incluyó la deliberada medida de Argel, de financiar al Polisario, convertido en su títere, y de crear la ficticia “República Árabe Saharaui Democrática” – RASD, que no existe para el derecho internacional que sostiene a la ONU, pues en su elucubración, una vez de tenerla bajo su control como “Estado” aliado, no tendría ningún óbice para salir al Atlántico, a sus anchas, y eso explica por qué se ha venido dedicando en ese lapso cincuentenario, a socavar sistemáticamente la integridad territorial de Marruecos.

Pero todo lo anterior debe acabar, y para verlo como un asunto del pasado, Argelia deberá asumir la reciente Resolución 2756 del Consejo de Seguridad, como la base del futuro para el problema del Sahara Occidental, que ató en 1975 y deberá con sensatez, desatar pronto. En efecto, aprobada el último 31 de octubre, en su contenido, el Consejo llama a Argelia a afrontar el problema y a voltear la página.

Creo que, a este rival de Marruecos, que no debería serlo, los tiempos lo están conminando a convertirse con realismo para beneficio de todos en la región del Magreb, incluida la propio Argelia. Así, este país, debería sentarse en una mesa con postura proactiva, reconociendo la referida corriente internacional sobre el Sahara de un Marruecos que sigue alzándose como el Estado africano más poderoso, y aspirante a las grandes ligas del poder en la ONU, al que debería aprender a ver como aliado pues lo va a necesitar. Su mayor tragedia sería no mirarse en el espejo de su dificilísimo frente interno, aun en manos de una gerontocracia decadente, e internacionalmente, no reconocerse con cada vez menos aliados, una realidad grave para sus intereses.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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