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La hora cero

Fecha Publicación: 09/02/2019 - 21:00
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La hora cero de la lucha contra la corrupción en el Perú está a punto llegar en la medida en que se defina, por parte de la Fiscalía, si se firma el inaceptable acuerdo con Odebrecht o se renegocia para que realmente cumpla con el doble objetivo de utilizar a los corruptos directivos de esa empresa como colaboradores eficaces  para desnudar a los políticos sin vergüenza que han depredado al Perú durante los últimos 40 años y se sanciona a Odebrecht pecuniariamente con un monto que corresponda al inmenso del año que ha hecho a todos los peruanos.

Ese daño no puede medirse sólo a través de los robos elocuentes que surgen de las millonarias adendas contractuales y los costosos arbitrajes con los que se forraron los bolsillos no solo los directivos y accionistas de Odebrecht, sino también sus socios peruanos que, después de una corta prisión preventiva, ya están nuevamente contratando con el Estado peruano.

Deben también evaluarse los servicios que hemos dejado de recibir por obras inconclusas o mal terminadas y, por cierto, que esos fondos, que engrosaron las corruptas arcas de la mafia brasileña y sus secuaces, debieron usarse para cubrir las enormes carencias del Estado peruano en materia de salud, seguridad, educación, obras viales y, por supuesto, los otros rubros incluidos en el pago de la Deuda Social.

Si prospera el acuerdo tal como está redactado –con base en un artículo de la Ley 30727 que permite a los fiscales zurrarse en esa norma legal–, Odebrecht pagará la reparación civil –irrisorios 610 millones de soles– en 15 años con el producto de sus nuevos contratos con el Estado peruano porque, según alegan sus sospechosos defensores, de otra forma terminaría en Indecopi (cuando deberían irse directamente a la cárcel).

¿Alguien puede creer que Odebrecht, encabezada por una familia que coimea hace tres generaciones para obtener contratos, se ha “enderezado” como alegan sus abogados y algunos plumíferos?

Y, en la otra orilla, ¿acaso se ha limpiado de corruptos al Estado en el Perú? Ni lo uno ni lo otro ha ocurrido porque, hasta ahora, nada se ha hecho sobre la materia salvo disparar fuegos artificiales en una supuesta e inexistente lucha contra la corrupción del Poder Ejecutivo y el Congreso y que es rescatable sólo por la acción individual de un puñado de magistrados ajenos al cártel de la construcción.

La dicotomía es clara: no se trata de que no haya acuerdo con Odebrecht sino que sea un acuerdo que, con justicia, realmente cautele los intereses de nuestro país para que caigan esos cínicos que alegan que ni la deben ni la temen mientras tratan de buscar asilos para huir del país.