¿La Fiscalía tiene la culpa?
Echarle la culpa a la administración de justicia del aumento de la criminalidad con gran crueldad, o pretender contenerla justificando un escenario de guerra interna para sacar a los militares con licencia para matar, son los dos grandes errores en que se viene incurriendo por desinformación.
En gestión social de daños y prevención de estos, el diagnóstico de la problemática causal es crucial para no caer en estos errores, o en pretender aprobar medidas extremas como la pena de muerte, por desconocer las causas.
Nos encontramos en un juego de roles, en que los gobernantes juegan a serlo, pero están coludidos con los que juegan a ser los promotores de un nuevo orden mundial “por la paz y desarrollo de los pueblos”, y que en realidad son una organización criminal internacional que compromete gobiernos, políticos, autoridades de todos los poderes del Estado, policías y militares, y toda clase de personas y organismos no gubernamentales dispuestos a hacer cualquier cosa por dinero, y que están ejecutando un plan muy perverso que busca destruir naciones para tomar dominio de ellas.
Y que en este siniestro plan, es un ardid generar altos niveles delictivos que justifiquen la supresión de derechos civiles con medidas de control digital de la población, que pocos se atreverían a cuestionar ante la desesperación general por volver vivos a casa.
De ahí que se esté priorizando la imposición de la identificación y moneda digitales, por lo que el Congreso ha aprobado el pago digital de remuneraciones a los trabajadores, y que ya estén exigiendo identificación biométrica para distintos trámites bancarios y oficiales, lo que la mayoría considera inofensivo, por desconocer que el objetivo ulterior es marcar digitalmente a los seres humanos con el número de la patente US 2020060606. Sí, el 666.
Por lo que, la inmigración masiva de delincuentes para generar terrorismo urbano, caos, violencia y muerte, es otro ardid planificado, y cuenta en Perú con el consentimiento del gobierno. Por lo que, si hay culpables, son los gobernantes desde PPK, pasando por Vizcarra, firmante del Pacto Migratorio, hasta la actual, que han sido o son cómplices de este apátrida plan, y siguen inyectando a la población el nanochip de la marca de la bestia, bajo amenaza de enfermedades letales y/o quitarles sus derechos.
Una fiscalía fuerte no conviene en este escenario de corrupción y terror, donde dominan eslabones de la organización criminal internacional, por lo que cooptar la JNJ ha sido crucial para sacar fiscales honestos, no manejables, y poner a los suyos con cartel de impunidad, haciendo creer a la opinión pública que es al revés.
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