La esencia del matrimonio
Del latín matrimonium, que deriva de la palabra “mater” (madre) y se refería originalmente al estado o condición de la mujer casada, surge el término matrimonio.
En las antiguas civilizaciones, griega y romana, el matrimonio era visto como un contrato legal entre dos familias que garantizaba la continuidad de la línea de descendencia y la transmisión de la propiedad y la riqueza. Sin embargo, también existían formas de matrimonio basadas en el amor y la afinidad personal, como en las culturas celtas y germánicas.
El matrimonio puede definirse como la unión legal y voluntaria entre dos personas que establecen un vínculo afectivo y sexual con la intención de compartir sus vidas, sus bienes y sus responsabilidades. Esta unión basada en el amor, el respeto y el compromiso mutuo, puede tener diferentes formas y características según la cultura, la religión y la legislación local.El filósofo griego Platón, en su
obra “El Banquete” (circa 385 a.C.), reflexiona sobre el significado del matrimonio y la importancia del amor como fundamento de la unión conyugal. Destaca a la búsqueda del alma gemela, así como de la complementariedad entre los esposos como elementos esenciales de una unión matrimonial feliz y armoniosa.
A lo largo de la historia, el matrimonio ha sido objeto de regulación por parte de las autoridades civiles y religiosas. En la antigua Roma, por ejemplo, el matrimonio estaba sujeto a leyes y costumbres específicas que regulaban el contrato matrimonial, la dote, la herencia y el divorcio. En el cristianismo, el matrimonio fue considerado un sacramento que unía a un hombre y una mujer ante Dios y la comunidad.
En la actualidad, el matrimonio es reconocido y regulado por las leyes civiles de cada país. Se establecen los requisitos y procedimientos para contraerlo, así como los derechos y obligaciones de los esposos. Además, muchas religiones tienen sus propias normas y ceremonias para celebrarlo según sus creencias y tradiciones.
El sociólogo francés Émile Durkheim, en su obra “Las Reglas del Método Sociológico” (1895), destaca la importancia del matrimonio como institución social que regula y organiza las relaciones entre individuos y grupos en la sociedad. De esta forma, el matrimonio contribuye a la integración y cohesión social al establecer vínculos de parentesco y solidaridad entre sus miembros.
Hace unas décadas le dimos valor legal a las uniones de hecho como si fueran un matrimonio, y hoy en día, en atención a los roles de género y la creciente diversidad cultural y religiosa, se plantea una regulación similar para personas del mismo sexo.
Tomando lo que nos brinda Gabriel García Márquez en “El amor en los tiempos del cólera” (1985), el matrimonio es una institución que tiene como fin la felicidad de los cónyuges, la estabilidad de la familia y la perpetuación de la especie; es decir, aquello que llamamos matrimonio.
(*) Abogado, docente universitario, consultor legal.
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