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La empresa privada sostiene al pueblo

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Fecha Publicación: 26/02/2023 - 21:55
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El único camino para lograr el crecimiento de un país es con la generación de riqueza. Se ha identificado una corriente antiempresarial dirigida por un grupo de personas que, en el camino de sus vidas, jamás han tomado la decisión y el riesgo de lo que significa hacer empresa; es decir, iniciar desde cero: el emprendimiento. Pero fruncen el ceño cuando hablan de las diversas empresas que siguen y seguirán generando empleados y crecimiento. Un político que llevó al poder a un hombre mentalmente limitado como Pedro Castillo, Vladimir Cerrón, ha tenido el cinismo de escribir que los empresarios viven del pueblo.

Los empresarios peruanos y extranjeros viven y se mantienen por la inversión, riesgo y producto que ofrecen. Los “consultores” que le guiñan el ojo izquierdo a quien ingresa al poder y al Estado, son vividores. Así que vamos a separar conceptos, señor exgobernador, sin logros, de la hermosa región de Junín que no quiere volver a ver a Vladimir Cerrón. En la narrativa socialista, el empresario que factura millones y ha encontrado el paraíso económico en Perú, ya sea empresario peruano o extranjero, es tildado de “opresor” y “agente del sistema globalista”. Es descrito como un depredador, que mueve y juega con los hilos del sistema para su propio beneficio económico y en contra de los intereses del “pueblo”. ¿Qué tiene de malvado velar y proteger nuestros propios intereses? ¿Dónde está el delito en desear y trabajar para que las ventas suban y, definitivamente, las ganancias se incrementen? No existe error en esta lógica. Los empresarios, en especial las micro, pequeñas y medianas empresas, son las que mueven y mantienen la economía del país.

El cirujano marxista Cerrón despotrica contra la clase empresarial. Sus resentimientos sociales se esfuman cuando se trata de Ricardo Belmont, quien, en su calidad de empresario peruano, intentó tener un lugar en la toma de decisiones del gobierno pedestre de Castillo, sin éxito alguno. Al ser casi presentado como el nuevo asesor de Pedro Castillo -ad honorem- recibió el saludo público de Cerrón. ¿Qué hace un “defensor de los oprimidos” con alguien que no se ha portado muy bien con esos “oprimidos”? Esgrimimos otro ejemplo: la súper empresaria Sara Goday, quien dice haber sido extorsionada por los rufianes de Pedro Castillo. ¿Ustedes le creen? Beto Ortiz no le cree y yo tampoco. El autodenominado “gobierno del pueblo” significaba una oportunidad de aquí y ahora para que personas dirigidas por estos empresarios accedan a cargos públicos, para que de esa forma instauren un régimen que les permita incrementar y mejorar sus ingresos, torciendo el cuello al Estado. ¿Por ello la desesperación en poner a gente incapaz pero obediente en diversos ministerios, señor Cerrón?

Por último pero no menos importante: las palabras. El lenguaje es el instrumento de la civilización, la piedra angular del dominio mundial. En el Perú existen más de 1 millón 700 mil micro y pequeñas empresas que forman 99% de la movilidad económica del país. Las empresas no viven del pueblo, el pueblo vive de las empresas y de la riqueza que generan. Y empresa es lo que necesitamos para construir un futuro brillante.

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