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¿La distancia más corta entre dos puntos es la línea recta?

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Fecha Publicación: 05/05/2022 - 22:10
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Por Francisco Calisto Giampietri

Recuerdo claramente el axioma que nos imbuía fervientemente mi profesor de matemáticas en el colegio, cuando con autoridad casi draconiana afirmaba, “la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta”, calando en mí como verdad absoluta y podría asegurar que eso ha sido así en muchos de los que están leyendo estas líneas, pero pasaron los años y ¡¡¡oh sorpresa... gran desilusión!!!!, el draconiano axioma y la autoridad científica que mi profesor proyectaba en mí se derrumbó como un castillo de naipes cuando descubrí que esa afirmación no es exacta, pues esto no se cumple si la distancia entre los dos puntos aumenta considerablemente. Resumiendo y para graficarlo, si por ejemplo tenemos que ir desde el Callao a Tokio y trazamos una línea recta entre esos dos puntos y la seguimos, la distancia que recorremos será mayor que si nos trasladamos sobre una curva amenguada que aprovecha la curvatura de la tierra y que permitirá que recorramos menos distancia, ergo, hacerlo más rápido, esta curva que se denomina “ortodrómica”, lo que permite demostrar que la curva es la distancia más corta entre esos dos puntos (el axioma de mi profesor se destruyó), ¿a qué se debe toda esta explicación?, es que esto nos permite graficar la relatividad de las afirmaciones y acciones, pues así es la política, mientras muchos se concentran en lo superficial, visible o evidente (la línea recta), la cortina de humo crece, mientras que ganan tiempo para seguir infiltrando el Estado con la finalidad de destruirlo navegando por la ortodrómica.

En todo este maremágnum de desaciertos, el inquilino de palacio no termina de entender y difícil que entienda, que el problema que enfrenta es mayúsculo, que día a día se complica entre acusaciones que lindan en acciones que recaerían en responsabilidad penal, mientras la mayoría de los peruanos se concentra en la evidencialidad de la línea recta y los culebrones cuasi faranduleros que ella denota. Pero no podemos distraernos ni dejar de ver el fin ulterior que persigue este régimen, navegando con bandera de inocentes cuando en realidad son filibusteros, que acelerando la maniobra siguien la incoada línea ortodrómica en demanda de la destrucción de la institucionalidad de nuestro endeble Estado, y que de continuar así llegaremos al descalabro más rápido de lo que imaginamos, gracias a la cooptación que continúa en la aparato estatal, precipitando exponencialmente entre otras cosas la dilapidación de nuestras reservas, acentuada con la paralización de las actividades mineras, turísticas, privación de servicios públicos, bloqueo de carreteras por doquier y la Asamblea Constituyente, mientras que en la otra acera del mundo paralelo en el que viven, colocan la primera piedra de un colegio que al día siguiente paraliza obras por que el expediente tiene documentos fraudulentos, o premian en Palacio de Gobierno con bombos y platillos a un alcalde que estuvo días antes detenido por presunto delito de corrupción y como si eso fuese poco, sale nuestro premier llamando miserable al cardenal, haciendo lo que es su especialidad, alimentar el enfrentamiento, la disociación y el caos, pero a estas alturas ¿esto nos puede sorprender?

Seguro estoy que, de seguir así, vamos día a día en franco avance por la línea ortodrómica directo al desfiladero y, como dije líneas arriba, llegaremos más rápido de lo que creemos.

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