La derecha reformista

Existe entre los electores peruanos hoy se aprecia una sensación de cansancio frente a un modelo político surgido en 2001 y que desde 2016 se aprecia en franca descomposición cuando la derecha liberal y la derecha popular no pudieron gestionar sus diferencias y llevaron al país a una crisis institucional que mostraría su gravedad en las elecciones de 2021.
Para la última contienda electoral general ya se podían ver con nitidez las derechas peruanas, no solo con identidades diferenciadas sino sobre todo muy divididas. La derecha popular de Keiko que en 2016 había podido integrar a las otras en un frente político obteniendo un sólido 39 % en primera vuelta había perdido su primacía. D aquella convergencia se habían desprendido una derecha liberal que seguía la candidatura de Hernando de Soto como una derecha religiosa que apoyaba al candidato de Renovación Popular.
Lamentablemente, ni frente al gobierno de Pedro Castillo y menos, después de su caída, las derechas desunidas han podido articular una convergencia política que ha quedado trunca con el vencimiento del plazo para el proceso electoral el próximo año.
Ante este escenario tan poco alentador la única fórmula razonable que nos queda para articular una convergencia en el polo político que va desde el centro hasta la derecha, es bajo el liderazgo de una derecha que se entienda reformista.
Ante los grandes desafíos que la realidad actual nos presenta en campo muy complejos como la inseguridad, la informalidad, las poblaciones vulnerables, el desempleo y la falta de inversiones, la derecha reformista debe estar en capacidad de plantear un nuevo pacto económico, un nuevo pacto social y un nuevo político entre todos los peruanos para que, sin llegar a una constituyente, puedan reequilibrar un conjunto de inequidades que se han ido presentando en los últimos años.
La discusión de nuevo Código Minero puede facilitar la exploración y desarrollo de la minería tradicional, puede también permitir una eficiente formalización de la minería irregular, y poner el canon (actualmente al servicio de municipios políticos) al servicio de la inversión agraria para abrir la colaboración minero-campesina, la conjunción entre el agua y el oro, una ganancia para todos.
El debate de nuevo Código del Trabajo puede propiciar un régimen general enfocado en el trabajador autónomo, con ventajas para la formalización, seguro de desempleo al tiempo que mantiene las garantías laborales ante las grandes empresas. La nueva codificación laboral debe estar destinada a incorporar a la mayor cantidad de trabajadores permitiendo al mismo tiempo que las empresas peruanas sean más competitivas en el mundo.
El examen de una nuevo Código Electoral puede crear el espacio para un nuevo pacto político sobre el rol autentico de los partidos, el respeto a los independientes, la oportunidad reelección de cargos elegidos, y sin número de temas que deben democratizar nuestro sistema política al tiempo que se logra que la justicia electoral sea altamente predecible.
Con estas y otras propuestas de reconciliación nacional, una derecha reformista esta llamada a liderar el polo centro derecha de manera abierta, convocando a una derecha religiosa que pueda distinguirse de una casta dirigencial fundamentalista al tiempo que pueda convocar a una derecha populista que pueda distinguirse de círculos dirigenciales fascistizantes. Esta derecha reformista, es la que Avanza País, puede y quiere representar.

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