La demagogia es su divisa
La percepción respecto a que el gobierno de Martín Vizcarra gusta discurrir por la temeraria senda del aplauso fácil y la promesa insensata cobra cada vez mayor fortaleza. No le importa siquiera confrontar a las mismas instancias públicas que tiene bajo su mando con tal de quedar bien con la voz de las muchedumbres que no siempre es la de los ciudadanos en busca de reivindicar sus derechos.
Vizcarra no solo es pródigo en generar algarabías entre la multitud con cansinas alusiones a la lucha contra la corrupción que recuerdan los discursos de Alejandro Toledo del periodo 2001-2002 refiriéndose a las mafias de la década fujimorista. También cuando –como lo hizo en jueves 31 en el I Encuentro Nacional de Gobiernos Locales – anunció que el Ministerio de Economía tendrá listo en marzo un decreto supremo mediante el cual se elevará el sueldo de los alcaldes de todo el país.
El claro espíritu demagógico de tal propuesta fue acotado ayer por el flamante presidente de la Asociación de Municipalidades del Perú, Álvaro Paz de la Barra (burgomaestre de La Molina) quien –entrevistado por RPP– sostuvo que el primer mandatario ejercita una intromisión cuestionable en la vida de las comunas y pareciera pretender enfrentarlo con las poblaciones bajo su administración.
Por su parte, el titular del Consejo de Ministros, César Villanueva, sorprendió el viernes 1 señalando que Petroperú y “otras empresas” (quizás refiriéndose a los operadores privados de la zona) han incumplido diversos compromisos con las comunidades adyacentes al oleoducto norperuano, en especial la de Mayuriaga (Loreto), donde hace 67 días habitantes de la misma dañaron un tramo de su estructura. Daño que ha ocasionado la pérdida de 10 mil barriles diarios a un costo de 40 millones de dólares.
Villanueva –abrumado por cartas y presiones de quienes cometieron un delito contra la propiedad pública– sopla la pluma a otro ente estatal cuando los temas de incumplimiento son de exclusiva responsabilidad del Gobierno. Además, como se sabe, lo de Mayuriaga suma un reclamo contra los resultados electorales de la localidad, pues no quieren reconocer a las autoridades elegidas. Toda una afrenta al Estado de derecho, pero que al premier apenas le suscita agachar la cabeza y buscar a otros culpables.
Tanto Vizcarra como Villanueva ya nos han dado muestras palpables de cuán felices quieren hacer a las tribunas a costa de lo indebido. La jalada de alfombra a la Sunass por la fijación de la tarifa de agua en Moquegua y al ex ministro del MEF David Tuesta por el reajuste del impuesto a la renta, son apenas pálidos ejemplos. La demagogia es su divisa y parecen orgullosos de ostentarla.