La debilidad de Boluarte a nivel internacional
Las características del informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que exceden sus fines y su objeto -pronunciándose incluso sobre nuestro modelo “extractivista”- tiene dos explicaciones bastante claras: primero, un sesgo muy marcado hacia la narrativa de izquierda marxista de parte de la CIDH en los últimos 6 o 7 años, pero en segundo lugar una debilidad del gobierno de Boluarte en el ámbito internacional, confirmado en diversos episodios.
Esto último parece ser un defecto de origen. Recordemos que en el inicio de su mandato, Boluarte y su Gabinete sufría por controlar los focos de violencia en el país a través de una estrategia militar/policial y descuidó por completo la narrativa internacional. Los medios en el exterior dieron cuenta de una serie de información falsa proporcionada seguramente por activistas pro Castillo y conectados con corresponsales de medios importantes europeos y de USA.
La reacción fue casi inexistente a pesar de tener a su alcance los recursos del Estado, de tener Cancillería, embajadas, consulados, etc. Simplemente en el campo externo hubo una suerte de parálisis general. Ello llevó a que incluso algunos países emitan comunicados vergonzosos que fueron en buena medida una afrenta al país, una intromisión inaceptable.
La misma debilidad observamos en la crisis migratoria en nuestra frontera sur, en la que Gabriel Boric ha actuado como el dictador bielorruso Lukashenko con Polonia, usando mujeres y niños cómo arma arrojadiza, en una estrategia que estoy seguro que es concertada en LATAM. A diferencia de la reacción polaca -enviaron 12 mil soldados a sus fronteras- en Perú de nuevo vemos una suerte de parálisis y de indecisión. No se toman medidas rápidas y tampoco se denuncia la irresponsabilidad del Presidente chileno a nivel internacional.
Todo esto sumado a ser un gobierno aislado, que no construye una estrategia internacional para romper el cerco en la vecindad, complica el presente y el futuro, en el que seguramente viviremos más episodios como los antes descritos.
Deberíamos aprovechar el informe de la CIDH y plantear, como han afirmado varios profesores de derecho constitucional en el país, una serie de reformas del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, entre otras en lo que concierne a la escogencia de los magistrados. Ello sería reaccionar con liderazgo. Pienso que no es buena idea salirnos del CIDH como plantean ciertos sectores de la derecha nacional.
En tiempos en los que India se proyecta ser en 2028 la tercera potencia económica mundial, la posible entrada de China en primer lugar, la consolidación de Brasil como potencia mundial y su relativa alianza con los chinos, el ascenso de Japón y su poderosa clase media y la confirmación de Alemania como el motor de Europa, preocupa mucho una conducción nacional totalmente inconsciente de cómo manejarse en el concierto del orbe.
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