ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

La culpa la tiene ese peruano indiferente

Imagen
Fecha Publicación: 04/03/2023 - 22:30
Escucha esta nota

¿Cómo puede ser posible que un analfabeto funcional como Pedro Castillo pueda haber llegado a la Presidencia del Perú? Esa es la pregunta que corresponde plantearnos para que algo similar no suceda, porque aún hay peores escenarios, como una posible victoria del asesino de policías Antauro Humala, por ejemplo. Siempre se puede caer más bajo.

Castillo venció a Keiko Fujimori, en unas sombrías elecciones, por poco más de 40 mil votos, a pesar de que no podía hilar una idea y no contaba con ningún plan de Gobierno, salvo ese panfleto castrochavista de Perú Libre que proponía una dictadura comunista.

Si bien el terco antifujimorismo puede ser la respuesta del triunfo del “maestro” rural, considero que la indiferencia del peruano comido y educado, ese que ha disfrutado de las mieles del capitalismo gracias a la Constitución de 1993, es la gran responsable de lo que hemos tenido que padecer (y aún sufrimos con las violentas protestas que, afortunadamente, cada día son más ralas).
Bastaba con ver al ignorante profesor tratando de explicar lo que era un monopolio para no votar por él; sin embargo, periodistas y analistas caviares, como el estadounidense Steven Levitsky -hoy protector del corrupto Alejandro Toledo-, que aducían que sobre Castillo teníamos dudas, pero en torno a Keiko, pruebas (?).

Estos perversos (que incluso decían que votaban con las zapatillas listas ante cualquier viso de corrupción) ensalzaron la figura del profesor-rondero-campesino que llegaba al poder para que en el país no haya más pobres, pero, al final, resultó ser el líder de una organización criminal que recibió jugosas coimas por otorgar obras públicas. Robó desde antes de poner un pie en Palacio de Gobierno.

Ahora bien, estos retorcidos pueden haber opinado que la Tierra era plana, pero el culpable de creerles es ese peruano desafecto a la política, porque supuestamente es muy aburrida y no perturba sus vidas. Me refiero, pues, a ese connacional que solo se informa por reels de Instagram o TikTok, en donde prolifera el pensamiento progresista.

Como postula el politólogo argentino Agustín Laje en su último libro ‘La generación idiota’, estamos frente un adolescentrismo que rechaza todo lo que representa lo “viejo”. Esta aversión, en el caso peruano, hizo que los jóvenes no escuchen las advertencias de los mayores que antes aguantaron a gobiernos izquierdistas.

Resulta que ahora es más sabio un muchacho que no sabe si es hombre o mujer, pero que tiene millones de seguidores en la plataforma china, que un político veterano, quien es tildado de “dinosaurio”.

Si las familias no se preocupan por la educación de sus hijos y solo les entregan el móvil para que se distraigan, se vienen tiempos peores. Estamos alertados.

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookTwitterInstagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.