La cruda realidad del refugio polÍtico

El último informe emitido por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para el Refugiado (ACNUR), muestra un panorama desolador respecto a las personas que se ven obligadas a abandonar su país, para resguardar su vida, seguridad y libertad, debido a las causas extremas vinculadas a la persecución política y vulneración de derechos fundamentales. Se señala que de las seis nacionalidades que acumulan la mayoría de las solicitudes de asilo en el planeta, tres corresponden a ciudadanos cuyos países están bajo regímenes autoritarios en América Latina.

Entre los 6 países cuyos ciudadanos acumulan la mayor cantidad de solicitudes de asilo en el planeta, tres están bajo efecto de la guerra (Afganistán, Ucrania y Siria) y tres bajo dictaduras de la región Latinoamericana (Venezuela, Cuba y Nicaragua). Ello implica que nuestra región está en la lupa de la discusión global sobre la crisis de migrantes y refugiados.

El escandaloso incremento del movimiento migratorio y el salto en el número de solicitudes de asilo político en la región, ameritan una discusión seria, especialmente respecto a la responsabilidad imputable a los regímenes populares que imponen dictaduras inspiradas en tendencias ideológicas y que resultaron un contundente fracaso en América Latina y el mundo.

Acudiendo a la fuente informativa de la organización internacional antes mencionada, unos 2.6 millones de nuevas solicitudes de asilo se registraron en el mundo durante el 2022. venezolanos (264,000), cubanos 194,700) y nicaragüenses (165,800), concentraron el 24% de las solicitudes. En el caso de los venezolanos y los cubanos, éste es tres veces mayor que las solicitudes de asilo registradas en 2021. El ACNUR asegura que es una tendencia en permanente alza. Si bien no todas las personas perseguidas en sus países realizan formalmente el trámite, la cantidad de solicitudes oficiales muestra un panorama alarmante.

¿Qué causas han ocasionado para que se incrementen exponencialmente las demandas de asilo? La persecución política, los conflictos internos, la violencia, las violaciones a los derechos humanos, así como los acontecimientos que alteraron gravemente el orden público.

Estas razones se tornan uniformes precisamente en personas y familias que al abandonar su país, aducen las motivaciones ya señaladas, de manera coincidente en quienes asumen posiciones críticas contra los gobiernos de los países antes mencionados, circunstancia ante la cual la respuesta de los gobiernos aludidos no es nada democrática obviamente, sino autoritaria, intolerante y generalmente ilegal.

En su informe, el ACNUR es categórico respecto de lo registrado en 2022: “Más de dos de cada cinco nuevas solicitudes de asilo fueron presentadas por personas procedentes de América Latina y El Caribe, principalmente de Cuba, Nicaragua y Venezuela”.

Esta realidad que no se puede ignorar, debe interpelarnos como ciudadanos de este hemisferio en cuanto a exigir a nuestros representantes y dirigentes una condena férrea contra estos regímenes responsables de masivos crímenes de lesa humanidad que aún están impunes.

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