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La competencia intercultural, una posibilidad en la educación superior

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Fecha Publicación: 10/03/2023 - 21:50
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Es claro e innegable que los desafíos imperantes de la sociedad a comienzos de la tercera década del presente siglo, ponen en tela de juicio los modos y formas de vidas denominadas tradicionales, y el efecto de la globalización reduce el mundo poniendo en contacto un rango más amplio de culturas como nunca antes visto, donde la diversidad cultural es valiosa para la cohesión social y es fuente de los diálogos interculturales a corto, mediano y largo plazo.

Entendiendo a la educación en su sentido más amplio como un espacio múltiple, integrado por diferentes sujetos, espacios y dinámicas formativas; hacemos referencia a las competencias interculturales como habilidades para desempeñarse de forma acertada al interactuar en ambientes complejos marcados por la creciente diversidad cultural. En ese sentido, la educación superior puede generar una cohesión social, donde se pone de relevancia la ciudadanía intercultural que muestra respeto por un contexto sociocultural y geopolítico en permanente expansión.

Las competencias interculturales en la educación superior pueden explicar la presencia e interacción equitativa de las culturas y brindar la posibilidad de suscitar expresiones culturales compartidas, conciliadas a través del diálogo, así como mostrar un respeto mutuo como fue expresado en la Convención sobre la Protección y Promoción de las Expresiones Culturales (Unesco, 2005), pero aún en la educación superior se enfatiza la monoculturalidad.

En tanto, las competencias interculturales están orientados a la reflexión y discernimiento de la diversidad cultural partiendo desde la práctica, por ello las personas deben formarse para entender en qué consisten los saberes interculturales, aprender a comprender y respetar otros modos de percibir la realidad, así como valorar otras culturas e identidades culturales fomentado e impulsando el contacto entre ellas.

La diversificación como acción afirmativa de inclusión en el modelo educativo, proyecto educativo y al diseñar los planes de formación que establecen líneas pedagógicas, didáctica y curriculares, enfatizando la participación de los estudiantes en su proceso formativo comprendiendo la presencia del otro, como enriquecimiento lingüístico, cultural y axiológico, distinguiendo entre saberes (conocimiento de la cultura), saber comprender (habilidades para interpretar/relacionarse), saber aprender (habilidades para descubrir/interactuar), saber ser (disposición a la curiosidad y apertura) y savoir s’engager (conciencia cultural crítica) (Unesco, 2017).

A modo de conclusión, la educación superior debe estar centrada en las competencias interculturales incidiendo en la interacción de los sujetos educativos y lograr relaciones interculturales más equitativas, de aceptación y reconocimiento mutuo más allá de las aulas a nivel superior que es aún tarea pendiente.

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