La cínica Susana Villarán
Antes del inicio del juicio oral en su contra, la zurda exalcaldesa de Lima, Susana Villarán, no tuvo reparos en confesar que recibió dinero sucio (11 millones de dólares en coimas) de las corruptas constructoras Odebrecht y OAS para sus campañas contra la revocatoria (2013) y por la reelección (2014). Inclusive, la cabecilla de la organización criminal ‘Las Chalinas Verdes’ manifestó, con total desparpajo, que incurrió en actos de corrupción porque había “un intento de asalto a la Municipalidad de Lima”; es decir, delinquió para evitar que otra presunta mafia delinca. Así de absurdo.
Además, Villarán dijo que solo ella y el asesinado José Miguel Castro, alias ‘Budián’, sabían del ingreso de los sobornos. Con esta declaración, la izquierdista no solo pretende culpar al muerto, sino destejer la acusación de asociación ilícita que pesa sobre ella, pero ¿acaso solamente dos personas pudieron favorecer a las empresas cariocas con los contratos de los peajes de Rutas de Lima y Línea Amarilla? Este no se trata de un caso de aportes ilícitos de campaña, sino de cohecho puro y duro, en donde hablamos de entrega de proyectos millonarios a cambio de jugosas dádivas, cuando Susana Villarán lideraba la Municipalidad de Lima.
El fiscal José Domingo Pérez ha pedido 29 años de cárcel para Villarán, pero, por su culpa, la exburgomaestre capitalina podría quedar libre de polvo y paja, ya que nunca cerró el acuerdo de colaboración eficaz con el desaparecido ‘Budián’ y acaba de archivar el de Leo Pinheiro, expresidente de OAS, que relató la entrega de 7 millones de dólares a la alcaldesa de la caviarada. Ambos testimonios no podrán ser usados en el juicio.
Pese a su comprobada incompetencia, el flamante fiscal de la Nación interino, Tomás Gálvez, ha declarado que sería “impertinente” remover a Domingo Pérez del Equipo Especial Lava Jato. Gálvez, por ahora, ha cedido ante la mafia caviar, a pesar de que, cuando se hallaba fuera del Ministerio Público, denunció, en un sinnúmero de entrevistas brindadas a este diario, que tanto Pérez como Rafael Vela Barba fungen de abogados de Odebrecht, al favorecer a la constructora con un acuerdo totalmente lesivo a los intereses del Perú.
A quien más le conviene que Tomás Gálvez se haya acobardado (¿estará acaso chantajeado, como ha apuntado Luis Pacheco Mandujano, por el IDL de Gustavo Gorriti, que tiene en su poder los audios de ‘Los Cuellos Blancos’?) es a Susana Villarán. A diferencia de Gálvez, Pablo Sánchez, ni bien fue nombrado como titular del Ministerio Público de forma provisional, repuso a Marita Barreto como jefa del Eficcop. Y es que la mafia caviar actúa sin reservas: cuando Tomás Gálvez quiera accionar, ya Delia Espinoza habrá retornado al cargo de fiscal de la Nación titular, tras conseguir un fallo de algún juez amigo que anule su suspensión. Gálvez, en tanto, podrá seguir soñando con ser presidente del país.
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