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La censura de X y la democracia

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Fecha Publicación: 02/09/2024 - 22:50
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Los demócratas alrededor del mundo tenemos que repudiar y combatir la ola de represión y censura de la libertad de expresión que está afectando a la sociedad occidental.
Para impedir la difusión de críticas al gobierno izquierdista de Lula en Brasil, el juez supremo De Moraes le dice a Elon Musk que debe bloquear a ciertos usuarios de la red social X. El empresario norteamericano, convertido en paladín de la libertad, le dice que no lo hará por principio y porque la propia ley brasileña protege la identidad de quienes emiten sus comentarios. El juez dice que entonces va a meter preso al directivo de X en Brasil. Musk cierra las oficinas, pero el juez dice que para seguir operando tiene que tener representante legal en Brasil. Elon dice “si te nombro otro representante lo metes preso”. Entonces el juez ordena bloquear X y amenaza con poner una multa de casi 9 mil dólares diarios a quienes traten de usar ese sistema en Brasil por medio de los modificadores de IP llamados VPN. En resumen, se censura a unos 300 millones de personas.
X (antes Twitter) está prohibido en China, Rusia, Pakistán, Corea del Norte, Irán, Turkmenistán, Myanmar, Venezuela, Cuba y México va en ese camino. En Estados Unidos también hay una corriente alentada directamente por el partido Demócrata y Kamala Harris que busca la censura; y otro tanto ocurre con el Reino Unido (donde ya se puede multar a quienes publiquen “mensajes de odio” como decir que ser de etnia blanca es bueno o que los migrantes islámicos son una plaga). La Unión Europea igualmente quiere imponer sanciones a los contenidos y pretende que Musk delate a quienes publiquen mensajes políticamente incorrectos para el establishment.
Pero el problema no es solo con X, en España ya intentaron cerrar Telegram; el ministro danés de Justicia, Peter Hummelgaard, afirma que Dinamarca podría prohibir Signal, Telegram, WhatsApp y otros servicios de mensajería; y ni qué decir de las plataformas como Facebook e Instagram que sancionan a quienes se atreven a criticar temas como los LGBT. Más aún, Mark Zuckerberg, fundador de Meta, admite que se arrepiente de haber trabajado con la administración Biden-Harris al censurar información en línea durante la era Covid.
En suma, es peligrosísimo, hoy las dictaduras ya no necesitan los tanques, sino que les basta el control del pensamiento y las comunicaciones para que las sociedades no sean libres.

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