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La caída del policía político

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Fecha Publicación: 16/12/2024 - 22:40
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El coronel PNP Harvey Colchado fue dado de baja por renovación de cuadros. La cereza del pastel fue haberse burlado del allanamiento que lideró en la casa de la presidenta Dina Boluarte, a donde ingresó rompiendo la puerta con un ariete, más conocido como torito, en el contexto de la investigación fiscal contra la mandataria por el caso Rolex.

Tras el operativo, Colchado publicó en sus redes sociales un pastel en el que se le ve realizando tal acto, lo que le costó ser suspendido por la Inspectoría y defenestrado del cargo de jefe de la Diviac.

La impunidad para el mediático coronel, que le puso el chaleco de detenida a Keiko Fujimori y encabezó la diligencia en la que Alan García se quitó la vida, se acabó, y hoy los periodistas caviares chillan como viudas.

En los últimos años, era común ver a Harvey Colchado, en sus medios de comunicación aliados, despachándose a sus anchas en desmedro de fiscales de la Nación. Por ejemplo, dijo que Patricia Benavides era la cabecilla de una red criminal, a pesar de que, en ese momento, no existía ninguna investigación a nivel de fiscales supremos.

También aseguró que Pedro Chávarry era el fiscal del fujimorismo y que, incluso, era un “cuello blanco”.
Este diario evidenció, además, que Colchado amenazó al personal de seguridad de Chávarry para que lo inculparan de haber deslacrado oficinas del Ministerio Público, pero estos se negaron.

En una columna de diciembre del año pasado, recogí un extracto del libro Así cayó Castillo, del periodista Umberto Jara, embarrado hasta el cuello en la presunta organización criminal enquistada en el desaparecido Eficcop, para evidenciar el rol político del policía de marras.

En la página 122, Jara escribió que, después de la segunda vuelta electoral, Harvey Colchado recibió una invitación del dirigente perulibrista Naimes Cabrera para que se reúna con Pedro Castillo en la célebre vivienda del pasaje Sarratea.

Colchado, siempre según Umberto Jara, aceptó la cita y acudió al predio de Breña, en el que, finalmente, no se reunió con Castillo, pero sí con sus tres principales asesores: Salatiel Marrufo, Nenil Medina y Alejandro Sánchez.

De acuerdo con el texto panegírico que ensalza la figura de Colchado, el coronel participó de aquel encuentro para explicar las actividades que se podían realizar desde la Diviac. ¿Qué tenía que hacer un efectivo policial en este tipo de reuniones, a escondidas de sus superiores y quizás hasta detallando las malas artes del chuponeo? La única respuesta es que siempre fue un político disfrazado de uniforme verde.

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