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La antidemocracia perfecta

Fecha Publicación: 16/01/2019 - 22:30
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La progresía marxista controla este país parapetada detrás del presidente sustituto, a quien manipula como marioneta. Aunque también lo hace operando la organización oligopólico-mediática de El Comercio, en complicidad con otros grupos afines como RPP y La República que igualmente disfrutan del botín llamado “propaganda estatal”. Señuelo que los convierte en falderos del oficialismo. La progresía caviar rechaza soltar el poder que ostenta desde que asumiera el mando Alejandro Toledo, imputado por corrupción por recibir no menos de US$ 30 millones de Odebrecht. Luego siguió llevando las riendas de esta nación a través de Ollanta Humala –también procesado por haberse embolsicado millones de dólares de Odebrecht–; continuó haciéndolo con Kuczynski –denunciado por estar envuelto en la trama Lava Jato–; y ahora lo hace a través de Vizcarra.

Durante doce años la progresía marxista domina la situación a través de gobernantes sin verdaderos partidos ni bancadas parlamentarias. Aunque incondicionalmente apoyados por un oligopolio mediático operado por profesionales del maniqueísmo, que informan solamente lo que aclame al Gobierno y demuela a los opositores descalificando a estos últimos con eslóganes efectistas que los desacredita moralmente ante un pueblo al que emboban precisamente vía el oligopolio mediático. Pero los marxistas no solo son expertos en el arte de desinformar. Igualmente son maestros en usar los resortes del Estado para destripar a la oposición.

Sencillamente, una vez que se encaraman en el Poder Judicial y en la Fiscalía de la Nación –como acaban de consolidarlo– enfilan aquella seudo Justicia contra quienes no respeten su credo socialistoide. Aunque, además, prohíben que esa seudo Justicia siquiera roce a cualquier personaje relacionado con su organización marxista, y a aquellos sobones que los respaldan con entusiasmo humillante. En otras palabras, la progresía marxista se ha apoderado del Perú sin haber recibido un solo voto de la sociedad. ¿Cómo? A base de secuestrar a presidentes corrompidos y/o sencillamente improvisados, que lo único que buscan es disfrutar de su cuarto de hora de gloria apoyados por “operadores politiqueros” que les ofrecen su respaldo –fundamentalmente a través del monopolio mediático que manejan sin ser propietarios, en función de amedrentar a sus dueños con aplicarles el recurso antioligárquico de la expropiación– a cambio de que les permitan gobernar en su nombre. Que es lo que ahora hoy ocurre con Vizcarra.

Es la antidemocracia perfecta, montada sobre la falacia democrática que fabrica una logia marxista jamás elegida por la ciudadanía. Esta logia manipula el país a través de dos sectores poderosos: la Justicia, y el control de los principales medios de prensa. Los fiscales afines a la progresía marxista acusan a los opositores de ésta y los jueces digitados los condenan. Pero como telón de fondo surge la desinformación selectiva, machacada por el monopolio mediático que manejan los progre marxistas. Mañana, tarde y noche resalta lo que desacredite a los opositores y esconde lo que ofenda al oficialismo. Por cierto, la oposición está vetada de defenderse en esa prensa.

Ojo. La progresía marxista busca candidatos manipulables para las elecciones 2021. Ha llegado la hora de acabar con semejante lacra.