La administración parlamentaria en tres
Repetir el modelo administrativo de la bicameralidad anterior sería un error. La administración del Senado y de la Cámara de Diputados trabajaban sin coordinación alguna y bajo el criterio de la autonomía que si bien era por naturaleza constitucional, llevó a un crecimiento burocrático innecesario y a un desorden que ahora podría superarse bajo un esquema moderno de administración de parlamentaria.
El Senado y la Cámara de Diputados tienen servicios comunes que podrían administrarse de forma central con el propósito de no incrementar el gasto. Los servicios logísticos, tecnológicos, bibliotecarios, comunicacionales entre otros que son comunes a las dos cámaras deberían estar bajo un pliego presupuestal llamado Congreso de la República para evitar que el parlamento tenga dos servicios similares para cada Cámara que incremente el personal y el gasto. De esa forma cada Cámara de manera independiente tendría dos Oficialías Mayores exclusivamente para los trámites parlamentarios propios que la Constitución les consagra una con una organización pequeña para cada una. Es decir el Congreso tendría tres Unidades Ejecutoras; Congreso, Senado y la Cámara de Diputados. El nuevo modelo de administración parlamentaria sería posible gracias a los avances tecnológicos que hace treinta años no existían lo que generaría un ahorro considerable en el manejo presupuestal que ahora tiene un límite del 0.6% del presupuesto general de la república.
Inclusive para darle solides a las normas administrativas cómo el organigrama general, los Cuadros de Asignación de Personal, las Escalas Remunerativas, los manuales y el reglamento de Organización y Funciones de las tres Unidades Ejecutoras, deberían aprobarse en sesión del Congreso. Las ventajas serían enromes ya que evitaría que cada Cámara apruebe los asuntos administrativos bajo criterios políticos y se elimine de una vez por todas la intromisión de los parlamentarios en los asuntos administrativos para los que no fueron elegidos.
El concepto de administración parlamentaria de una institución política como el Congreso debe tener seguros que eviten la posibilidad de usar políticamente los recursos económicos y humanos. No se trata de copiar modelos de otros países, como tampoco se trata de usar modelos pasados producto de momentos políticos distintos, lo correcto es crear un modelo que funcione bien sin temor a ser creativos buscando la eficiencia del uso de los recursos públicos. Tener tres unidades ejecutoras podría parecerles descabellado, pero les cuento que cuando en el Congreso Constituyente Democrático se aplicó una matriz para administrar el Servicio Parlamentario fuimos un modelo para América Latina y nos tildaron de locos.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.