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“Juventud, divino tesoro”

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Fecha Publicación: 30/09/2025 - 22:30
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Al tiempo que el pequeño Faustino Oro, de 11 años y del barrio de San Cristóbal, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, ganaba un torneo de ajedrez en Madrid, España, que le permitía acceder al título de Gran Maestro Internacional- y ser el más joven en el mundo en este momento- Morena Verdi, Brenda Loreley Del Castillo, ambas de 20 años, y Lara Morena Gutiérrez, de 15, del barrio de Florencio Varela en La Matanza, Buenos Aires, eran salvajemente torturadas y asesinadas. El motivo aún no se conoce bien, pero las investigaciones en curso hacen presumir que se trata de una venganza de una organización narco liderada por un compatriota nuestro de solo 20 años.
Faustino Oro es, sin duda, un niño genio. Terminó el torneo de Madrid invicto y en su última partida hizo tablas con nuestro más grande ajedrecista, Julio Granda, hoy de 58 años y quien tuvo el noble y deportivo gesto de aplaudirle al final de la partida. Sin duda hará historia para su país y su ciudad, alternando dentro de pocos años con los mejores del mundo, jugadores hindúes y americanos que a lo más le triplican en edad, lejos por debajo de los 40 años.
Dos noticias de chicos de Buenos Aires, la ciudad que es- según unos versos de Borges- “el dédalo creciente de luces que divisamos desde el avión y bajo el cual están la azotea, la vereda, el último patio, las cosas quietas.” Pero también “Una esquina de la calle Perú, en la que Julio César Dabove nos dijo que el peor pecado que puede cometer un hombre es engendrar un hijo y sentenciarlo a esta vida espantosa.”. Dos noticias que me traen el primer verso de un poema de Darío que en veces como ésta es incomprensible: “Juventud, divino tesoro.”
En el crimen de Florencio V arela hay una característica más, incalificable: las torturas y las muertes de las tres muchachas fueron grabadas y transmitidas en vivo por los asesinos dentro de un circuito cerrado de las redes sociales a 45 personas. ¿Qué es esto? ¿Estamos en el infierno?¿ Dónde está Lot para que nos saque de esta tierra envenenada?
Las respuestas fluyen sin obstáculo: Es Buenos Aires, como decir cualquier ciudad del mundo, ahora.
No, no estamos en el infierno, sino en un páramo de luces y de sombras.
Parece que Lot se fue hace rato con algunos y aquí en Gomorra habemos quienes, como su mujer, nos hemos convertido en estatuas de sal por mirar hacia atrás cuando escapábamos y otros que siguen haciendo sus cosas como si nada fuera a pasar.

Jorge.alania@gmail.com

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