ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Justicia con respeto

Fecha Publicación: 24/02/2019 - 21:20
Escucha esta nota

Todos los días, en nuestro país –y en el mundo– las personas acuden a los despachos judiciales; lo que encuentran en estos ambientes es un trato indiferente y hasta hostil: el obligado control de seguridad, la larga cola para usar el ascensor (si lo hay) o subir interminables escaleras, el caminar por los pasillos en busca de respuestas que nadie quiere o puede responder, una vez que llegan al despacho que buscaban, el trato que reciben allí deja mucho que pensar o que desear. Pongámonos a pensar en voz alta: si las personas son tratadas de manera justa y con dignidad y respeto, ellos obedecerán la ley y las resoluciones judiciales; las personas en el sistema de justicia deben tener presentes a los jueces como una autoridad legítima para imponer sanciones y regulaciones, solo así estarán satisfechos con las decisiones del juez, inclusive si lo resuelto no favorece a sus intereses.

Pero ¿cuál es la forma en que los jueces tratan a los justiciables? Partamos de la premisa que ser juez no es una tarea fácil, muchas veces debe observar y atender casos propios de un show televisivo; en el caso de la justicia penal debe atender a gente con graves problemas de salud mental, vicios, adicciones, etc. Los principios que rigen la justicia procesal son fáciles de entender y de poner en práctica: la inmediación que permite el contacto con los sujetos procesales, la neutralidad que obliga al juez a no favorecer a uno perjudicando al otro; sin embargo, las personas no entienden tales principios y –lo que es peor– creen que el lenguaje jurídico o jerga legal se usa para confundirlos. Sin respeto ninguno de los principios mencionados y los demás tendrían sentido, y esto debe ser aplicados tanto por el juez, el personal que colabora con él, los justiciables y los abogados que ejercen la defensa.

¿Podríamos hacer que los jueces y el personal jurisdiccional actúen de manera diferente? Si conseguimos eso, estoy seguro que las personas responderán de manera diferente, los juzgados y salas pueden convertirse en lugares donde se pueda acudir en busca de ayuda en la sed de justicia; aunque suene utópico, si esta realidad cambia la gente se sentirá parte de una sociedad y se preocupará por lo que pase en ella y en el futuro de ésta, serviría para restablecer la relación de los jueces con la comunidad, podemos lograr que las personas vuelvan a confiar en la justicia si son tratadas con dignidad y respeto, sabiendo que la justicia se administra correctamente.

En nuestro Perú aún faltan las grandes reformas, esperamos que la reciente enmienda constitucional que crea la Junta Nacional de Justicia sea el primer paso en la reingeniería de la complicada y enmarañada administración de justicia de nuestra nación, nuestra sociedad ha perdido la credibilidad en sus instituciones y el respeto por las normas y las autoridades, estamos a tiempo de revertir esa situación, máxime si dentro de poco tiempo celebraremos el bicentenario de nuestra república, que sirva la ocasión para plantearnos cuál es el destino que queremos para nuestro país, qué tipo de justicia es la que necesita nuestra sociedad. Hagamos que las personas cuando visiten un despacho judicial lo hagan sabiendo que allí se aplica la justicia y nada más que la justicia.

Willy Ramírez Chávarry

Doctor en Derecho, Ph.D. in Business Administration

Puedes encontrar más contenido como este siguiéndonos en nuestras redes sociales de Facebook y Twitter.