Jose Gregorio Paz Soldán, el canciller de hierro
Jose Gregorio Paz Soldán y Ureta nació en Arequipa en 1808 en el seno de una familia del patriciado ilustrado del virreinato. Fue hermano Pedro Paz Soldán, importante hacendado, del geógrafo Mateo Paz Soldán y del célebre historiador Mariano Felipe Paz Soldán, así como de Mariano Domingo, fundador de la rama chuquisaqueña de la familia.
Se inicio en la magistratura como juez (1833), siguió como fiscal (1839) y luego alcanzó una vocalía superior (1844). En estas labores no abandono la labor periodística que lo hizo constituyente (1839) y Senador por Arequipa (1845). Su seudónimo de “Casandra” se hizo celebre en la prensa de la época.
Pese a ser opositor al presidente Castilla, este lo convoco como ministro de relaciones exteriores (1845) para enfrentar la cuestión inglesa, un grave conflicto internacional con el imperio británico. Solucionado el problema con gran dignidad, reorganizo la cancillería y el servicio consular dándole forma permanente a ese despacho y a las legaciones (1846). También convoco al primer congreso americano de cancilleres (1847) y presidio el segundo de 1864. Se desempeño como plenipotenciario en la Nueva Granada (1852) y Venezuela (1853). También fue director general de hacienda, miembro del Consejo de Estado (1850-1853) y fiscal de la Corte Suprema de Justicia (1851-1855).
Durante la presidencia de Echenique ocupo nuevamente la cancillería (1853-1854) y el ministerio de Hacienda. Tras la caída de este mandatario fue separado de la magistratura lo que genero su enfrentamiento con Ramon Cartilla que termino en 1861, cuando fue reintegrado a la fiscalía y alcanzando el rectorado en San Marcos. Su última actuación política fue un tercer ministerio de exteriores durante 6 meses entre 1862-1863 luego de los cual continuo su labor como fiscal supremo hasta su muerte en 1875.
De él dijo el historiador Jorge Guillermo Leguía: “Pocas personalidades de nuestra historia nos producen, como Paz Soldán, la sensación de solidez, de la fuerza, que un antropólogo propenso significaría en la firmeza del mentón y en el frontal prominente del jurista eximio. Hombre seguro de sí mismo, su argumentación avanzaba sistemáticamente, como un ejército regular, cual un caudaloso rio de montaña”. Pero este jurista, diplomático, economista y político de gesto severo podía cambiar muy pronto su ánimo para dar paso a la chispa criolla y al buen humor.
Se ha resaltado mucho la trayectoria de Paz Soldán como un celoso defensor de la soberanía nacional, tanto en el exterior ante las potencias extranjeras como en el interior sosteniendo el patronato nacional pero no se ha recordado siempre sus ideas políticas. Vivanquista en su juventud, esto es, seguidor del regeneracionismo de Pardo y Aliaga paulatinamente fue creando su propia visión política separada de sus antiguos correligionarios. Ahora bien, creyente declarado, como su maestro Benito Laso, también se mantuvo muy distante al conservadurismo religioso de Bartolomé Herrera.
Jose Gregorio Paz Soldán fue un conservador sui generis. Fue nacionalista y defensor de un Estado fuerte, pero al mismo tiempo, sostenía la necesidad de las políticas de librecambio a diferencia de la mayoría de los conservadores de entonces que eran proteccionistas. En ese mismo sentido acusaba a políticos autodenominados “liberales” por ser en realidad “mercantilistas” que no producían riqueza, sino que vivían del subsidio público. Entre ellos destacaba a su gran enemigo, Domingo Elías, por recibir grandes beneficios gubernativos por el tráfico de chinos.
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