Jorge Basadre y Huaura para la gran patria que aun no tenemos

Hoy, 12 de febrero, es una fecha cargada de historia para los peruanos y no debe pasar desapercibida. Hace 122 años nació Jorge Basadre (1903-1980), el más grande historiador nacional contemporáneo, autor de la más rigurosa narración de nuestra República. El eminente hijo de Tacna nació en plena chilenización y aunque de niño lo trajeron para Lima, su primera infancia en la ciudad patriótica, sellaría para siempre su vida intelectual. Basadre, mirando a Tacna, siempre pensó en el Perú, y su legado con enorme autoridad moral, constituye para los peruanos un referente vigente inobjetable. El maestro dijo: “Toda la clave del futuro está allí; que el Perú escape del peligro de no ser sino una charca, de volverse un páramo o de convertirse en una gigantesca fogata. Que el Perú no se pierda por la obra o la inacción de los peruanos” (“La Promesa de la Vida Peruana”, 1958). Eso es verdad. Los mediocres ven todo al revés y perviven criticando todo el tiempo embriagado por su pesimismo. Fue también un 12 de febrero, pero de 1820 –hace 205 años–, que el Libertador Don José de San Martín, procedente de Chile, en su propósito de lograr una América independiente, al no poder ingresar en Lima -se hallaba aún bajo dominio realista-, llegó hasta Huaura donde emitió en esta fecha el Reglamento Provisional del Perú, considerado el primer instrumento jurídico del derecho peruano, incluso anterior a la primera Constitución Política de 1823. En su texto, el Reglamento define el carácter territorial del país, y proclama la voluntad general de los pueblos, que fue la base jurídica, junto al Uti Possidetis, de la constitución inicial de los Estados en el siglo XIX, abriendo espacio al concepto de la soberanía nacional que fue la génesis de la juridicidad del Estado peruano. No me cansaré de repetir, quizás como letanía, que los peruanos deberíamos visitar Huaura y su histórico Balcón donde el Libertador dio el primer grito de independencia e inscribir ese acto y ese lugar en nuestro imaginario nacional. El Congreso nunca llegó a declarar a Huaura “CIUDAD EMBLEMÁTICA DEL BICENTENARIO”, tal como lo propuse un día como hoy, en 2017 desde la propia Huaura. Como bien decía Basadre, vivimos dominados por la desidia, y que digo yo, es la mayor lacra que nos mantiene a los peruanos circularmente como país subdesarrollado. Ya pasaron los dos bicentenarios, el de la Independencia Nacional (2021), y el de las gloriosas batallas de Junín y Ayacucho (2024), y hasta ahora no vivimos en la Patria como quería Basadre porque no la priorizamos, superponiendo los intereses particulares o personales a los del país. Tremenda desgracia nacional. Para que el Perú cuente una clase política que no sea de “podridos, congelados e incendiarios” como bien decía Basadre, invirtamos sin miedo el 12% del presupuesto nacional en educación y todo será distinto, y para hacerlo, necesitamos peruanos a los que no les tiemble la mano para hacer realidad la GRAN PATRIA que aún no tenemos.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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