Irán y la revolución islámica de 1979

Irán es rápidamente identificado como uno de los Estados islámicos más poderosos del Medio Oriente, constituyendo un epicentro geopolítico relevante de esa región. De hecho, a la caída de Sadam Hussein, dictador de Irak, país vecino de Irán, el régimen teocrático de Teherán vio el mejor contexto para empoderarse en la región, llegando al 2025 con una cualidad disuasiva nunca antes vista. Irán desde hace 46 años está dominado por el régimen de los ayatolas, que tuvo su punto de partida en la denominada Revolución Islámica del 1 de febrero de 1979, como hoy, y que, por un referéndum, dos meses después, se decidió convertir al país en una República Islámica. Atrás y no creo que, para el recuerdo, había quedado una monarquía –la Dinastía Pahlavi–, presidida por el sah Mohammad Reza Pahleví, adicto a occidente, que fue derrocado en esta fecha, debiendo huir hacia Egipto y luego hacia América. En este marco volvió triunfante al país el ayatolá Ruhollah Homeini, el clérigo que terminó de posicionarse políticamente y hasta su muerte en 1989, luego de liderar desde el exilio y con éxito, la referida revolución de carácter religiosa que lo consolidó en el poder. Desde entonces Irán, sin discusión, la nación chiita más poderosa de Medio Oriente, con 89,17 millones de habitantes, mantiene un sistema político fundado en una teocracia, cuyo nombre oficial es la referida República Islámica de Irán. En este país persa, de origen histórico ario, entonces, la primera autoridad no es -como en la mayoría de los países del mundo-, el presidente que lo tiene –Masoud Pezeshkian, desde el 28 de julio de 2024–, sino la omnipresente y totalizadora persona del ayatola Alí Hoseiní Jamenei, el denominado Líder Supremo de Irán, que en la práctica es la máxima autoridad religiosa, política, económica, judicial, etc., en el país y por su altísima membresía, considerado una verdadera fuente de emulación del chiismo, una de las dos ramas del Islam –la otra es el sunismo–, religión monoteísta que fuera fundada por Mahoma en el 622 d.C. En los 46 años que ha cumplido hoy la República Islámica, sus enemigos de siempre han sido, Estados Unidos de América, que representa, en su lectura a occidente, así como Israel, cuya extinción como Estado es una máxima establecida en la propia Constitución iraní y país con el que tuvo un intercambio de fuego en el transcurso de 2024, sin que llegara a convertirse en una guerra como la de Rusia contra Ucrania. Pero Irán también tiene enemigos dentro del mundo islámico, como es el caso de Arabia Saudita, poderoso país petrolero sunita. Guste o no, al cumplirse en la fecha los referidos 46 años del triunfo de la Revolución Islámica, Irán es un actor clave en el actual ajedrez del Medio Oriente, teniendo un protagonismo directo o indirecto en los diversos conflictos que se han desatado en esa región. Aunque para Estados Unidos, todo recién comienza, mirando esta convulsa región, todavía no sabemos como moverá sus fichas el presidente Donald Trump.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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