Irán, Bolivia y Perú
¿Qué podemos tener en común Bolivia y Perú con Irán? Muy poco, excepto por el intento de Irán de influir en la política exterior del Hemisferio Occidental y específicamente en Sudamérica. ¿Por qué? En mi opinión es parte de un diseño global de desestabilizar directa e indirectamente a los países de la OTAN para debilitar a Occidente, Estados Unidos en particular, que en estos últimos días se ha concretado en el ataque suicida de Hamás a Israel, con la expresa intención de provocar una respuesta contundente a la Franja de Gaza.
Sin embargo, vale la pregunta, ¿ese objetivo qué tiene que ver con Perú y Bolivia? Desgraciadamente, existe una relación que se manifiesta en el apoyo político y militar de Irán a Bolivia, que no está dirigido a ninguno de sus vecinos sino contra el Perú, por el deseo manifiesto del expresidente y “obligado candidato” Evo Morales Ayma (EMA) de arrebatarnos Puno. He ahí el problema que se ha manifestado en diversas formas, en un principio, mediante la silenciosa pero no menos real infiltración de Runasur. Cuando esa infiltración fue detectada, EMA tuvo que suspender sus viajes abiertos y encubiertos al Perú para disfrazarlos de otro modo con el lema de “mar para Bolivia”, que incluso fue coreado por el expresidente golpista Pedro Castillo Terrones en una reunión antes de su elección, cuando era un activista más.
En estos momentos, no hay duda alguna que el objetivo de mar para Bolivia ha dejado de ser con Chile, por el fracaso de la demanda boliviana en la Corte Internacional de Justicia y además porque carece de los medios militares para atacar a ese país. Entonces EMA se trazó la siniestra aspiración de subvertir el clima político de Puno, agitado por el fallido golpe del 7 de diciembre último y de paso, tratar de extender sus aspiraciones a Moquegua y Tacna, mucho más difícil de lograr pero valioso como propaganda y hasta como valor de canje. Las relaciones bilaterales entre Perú y Bolivia han sido tradicionalmente corteses y amistosas, sin que hubiera ningún factor que las ensombreciera. Nuestras fronteras fueron fijadas de común acuerdo hace más de un siglo.
Sin embargo, en los años 70 y 80 hubo alguna implicación para que el Perú intervenga como consecuencia del Tratado de 1929, que impide la cesión a un tercer país de Tacna y Arica por parte del Perú y Chile sin la anuencia del otro. Pero esas negociaciones quedaron sin efecto. ¿Entonces ahora qué se propone EMA? Con el apoyo militar, científico y tecnológico de Irán a través de un último acuerdo con Boliivia, realizar una o varias operaciones que subviertan el sur del Perú a favor de esos siniestros planes. Irán nunca ha tenido relaciones diplomáticas con el Perú, más allá que ambos países integramos la inmensa mayoría de los organismos internacionales comenzando por las Naciones Unidas. Entre el Perú e Irán no existe amistad ni enemistad, simplemente somos países distintos y distantes. ¿Por qué ahora tendríamos que convertirnos en enemigos? Esa no deseada situación por el Perú, sería el resultado de un juego de ajedrez de Irán para perturbar aún más la paz del mundo.
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