¿Investidura o censura?
El artículo 130 de la Constitución establece que dentro de los 30 días de haber asumido funciones el presidente del Consejo de Ministros concurre al Congreso acompañado de los demás ministros, para exponer y debatir la política general del gobierno y las medidas que requiere su gestión. Para ese efecto plantea una cuestión de confianza. El artículo 82 del Reglamento del Congreso señala además que la cuestión de confianza será debatida y votada en la misma sesión o en la siguiente, según “lo que acuerde en forma previa el Consejo Directivo o en el acto el Pleno del Congreso”.
Este jueves 26 o mañana viernes 27 de agosto el Congreso, sin dilación, debe dar la confianza o negársela al gabinete respecto de los temas planteados, para lo cual se requiere de una votación en cualquiera de los sentidos, de más de la mitad del número legal de congresistas, o sea 66 votos. ¿Puede el Congreso abstenerse? No, el Congreso debe decidir en un sentido o en otro.
Aquí viene la segunda interrogante, ¿sobre qué temas le otorga o le niega la confianza al Gabinete? La respuesta es clara, sobre la política general del Gobierno y las medidas que requieren su gestión. El Gobierno no puede ni debe plantear la confianza para designar a los magistrados del Tribunal Constitucional o para modificar la Constitución. Esos temas corresponden única y exclusivamente al Congreso.
En cuanto a modificar la Constitución, el presidente de la República tiene el derecho a la iniciativa con la aprobación del Consejo de Ministros, pero la decisión corresponde única y exclusivamente al Congreso de acuerdo a las modalidades establecidas en su artículo 206. El Presidente de la República no tiene nada más que decir acerca de esa materia.
Todo lo anterior nos deja un campo muy claro, el Ejecutivo debe gobernar y el Congreso aprobar o rechazar las medidas de gobierno propuestas por el señor Bellido. ¿Qué significa eso? Un mínimo de seriedad por parte del gabinete que él preside frente al pueblo. El Gobierno tiene señalarnos cuál será su política de vacunación para combatir la pandemia, su política económica de aliento o rechazo a la inversión privada para salir de la crisis económica, el mantenimiento del régimen tributario o los cambios que considere necesarios para mantener el equilibrio presupuestal.
También debe indicarnos si el Gobierno apoyará a las democracias o a las dictaduras en el ámbito latinoamericano. En otras palabras, el señor Bellido tendrá que decirle al Congreso si gobernará con coherencia o se dedicará a repetir la demagogia que lo ha caracterizado hasta ahora. Conforme a esos planteamientos, el Congreso deberá decidir si otorga o rechaza la confianza, sin irse por la tangente de la abstención.
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