¿Investidura a la una?
Pedro Cateriano es un político ducho, su experiencia no se remonta a los cargos de ministro de Estado del quinquenio anterior, esta data de los años noventa cuando fuera diputado por las filas del Movimiento Libertad, distinguiéndose por su performance peliaguda como miembro de la Comisión Investigadora sobre el patrimonio personal del extinto presidente Alan García (1985-1990); por lo cual al no haber conseguido presentarse ante el Congreso en el mes de julio, a fin de solicitar el voto de investidura junto a su gabinete, de acuerdo a lo públicamente expresado al presidente del Parlamento Manuel Merino, estimo que a estas horas debe tener un Plan B en caso falle el principal, esto es, que no logre satisfacer las espectativas de al menos, la mayoría de las tiendas políticas con curul en este poder del Estado, que le asegure obtener la mayoría simple de votos que respalde el programa político que expondrá y que deberá contener el desglose, el desagregado de las líneas matrices anunciadas por el Mandatario Martín Vizcarra en su discurso de Orden del 28 de julio.
No existiendo ya el cuco de la “Disolución del Congreso” (no procede en el último año de gestión de un Gobierno), es claro que los padres de la patria actuarán de forma laxada durante la presentación del gabinete Cateriano y no se necesita ser clarividente para avizorar que la sesión será candente, propiamente en el debate, al ser una gestión (Vizcarra) que está de salida, a la que se le enrostrará pasivos, diferencias ideológicas, se hará patente la resistencia al desempeño de determinados ministros(as), aunado al manejo de la crisis sanitaria a causa del Covid-19 que va cobrando al país más de 40 mil vidas y una economía en caída libre que requerirá de medidas al mismo estilo de un “Código Azul” (Sistema de alarma en el manejo de pacientes con paro cardiorrespiratorio) para su reanimación en el mediano plazo, porque al corto resulta ya una “quimera”.
Así las cosas, ¿se alzará Pedro Cateriano a la primera votación con la investidura?, ¿podrá seducir a las bancadas de izquierda y/o contestatarias del Parlamento para que le otorguen la ansiada “Confianza”?, ¿logrará la hazaña de obtener votos naranjas de sus eternos antagónicos (Keikistas y Fujimoristas)?
Veamos cómo juega sus cartas el premier, porque no creo que peque de confiado, es posible que tenga que ir a una segunda votación para ser revestido del respaldo de la representación nacional. ¡Mucha suerte!