Inversionistas Ángeles y Demonios

Supuesto amigo: “Hola Carlos. Te sugiero que formes tu propio partido político. No necesitas depender de nadie”. Mi respuesta: “No necesito depender de nadie. Solo necesito un millón de dólares”. Y es que, los que me animan a formar mi propio partido me ofrecen siempre su “apoyo y su voto” pero jamás su tiempo y dinero.
Y no es que no haya dinero en la política. Muy por el contrario. Hay muchísimo dinero e “Inversionistas Angeles”—esos que invierten su “propio capital” en empresas emergentes (startups) con alto potencial de crecimiento, a cambio de algún tipo de participación en el proyecto. En el mundo de las finanzas, tales inversionistas asumen un alto nivel de riesgo para obtener un alto retorno de la inversión.
En el mundo de la política, el objetivo principal es obtener “poder” y, de paso, todo lo que viene asociado con él, incluido todavía más dinero de actividades lícitas e ilícitas como la minería ilegal, el narcotráfico, la tala ilegal, la corrupción, etc. La más elemental forma de inversión en la política comienza con la financiación de los partidos políticos. Aquí los objetivos no tienen nada de santos. Se trata de hacer lo que se conoce como un “quick return”, una rápida ganancia.
Según el Jurado Nacional de Elecciones, en abril 2026, 208 puestos (entre listas presidenciales, de senadores y diputados) atraerán unos 10,257 esperanzados candidatos, un ratio de 49.3 candidatos por puesto. En octubre 2026 se espera se pongan en juego alrededor de 2000 puestos más, entre gobernadores regionales, alcaldes provinciales, locales y distritales con sus respectivas compañeros de plancha y listas de regidores. Semejante demanda bien podría atraer cientos de miles de candidatos si todos los partidos políticos con inscripción válida—más los movimientos regionales y locales—presentan candidatos.
Así, el próximo año tendremos alrededor de 100 mil candidatos (2,000 puestos por 50 candidatos para cada uno). Supongamos que cada uno de ellos está dispuesto a “contribuir” unos 10 mil dólares. 100 mil candidatos a 10 mil dólares cada uno significan un total de mil millones de dólares !!! Y esto sin contar con el dinero de fuentes legítimas—que también lo habrá—por cuanto con las nuevas normas los partidos políticos no solo pueden recibir dinero privado en condiciones bastantes laxas sino que además—los que tienen presencia en el actual parlamento—reciben ya dinero del Estado.
Para los “creadores de partidos” dispuestos a participar en este malévolo juego de la política, se trata de un negocio con una excelente tasa de retorno. Inviertes un millón de dólares y como mínimo podrías duplicar tu inversión. Si pasas la valla tendrás, ahora si, la chance del premio mayor donde el dinero se mueve como el pez en el agua y los demonios ni siquiera se molestan en vestirse de ángeles. Van por aquí y por allá, vestidos al natural, destruyendo lo poco que nos queda de democracia.

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