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Inversión, cultura y nuevas narrativas

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Fecha Publicación: 18/06/2024 - 22:00
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Hace bien el gobierno y la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, en reforzar el sector con el nombramiento de una tecnócrata de reconocida trayectoria en la promoción de inversiones como Carmen Inés Vegas Guerrero, hoy a cargo del viceministerio de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales. La designación es una clara señal de la apuesta gubernamental por darle valor de mercado a los más 27 mil inmuebles prehispánicos conocidos como Huacas, en especial las ubicadas en territorio costero.

El ministerio de Cultura tiene el reto de relanzar el plan de acción “Perú: País de las Huacas”, rescatando el aporte socio cultural que esta herencia histórica tiene para la ciudadanía, cambiando el viejo chip arqueológico de pensarlas en función del pasado, para darles un sentido a futuro, en armonía con las modernas edificaciones y actividades culturales que maximicen su uso social en la actualidad.

El objetivo es sumar esfuerzos entre instituciones públicas y privadas con el objetivo de generar sinergias que las pongan en valor, a través de diversas modalidades de inversión en este patrimonio prehispánico, vía asociaciones público-privadas, proyectos en activos y obras por impuestos. Las primeras seis huacas seleccionadas son Huallamarca, Mateo Salado, Huaycán de Pariachi, Mangomarca, Incahuasi de Lunahuaná y Huaca San Borja.

El otro gran reto es darle un contundente giro a nuestra industria cultural. El Perú necesita hacer una completa reingeniería en el imaginario popular, promoviendo mayor diversidad de narrativas sobre la construcción de nuestra identidad nacional. Esta no se logra con la generación de contenidos mágico-religiosos sobre la realidad nacional, como ilusamente pretenden los representantes de nuestra vieja izquierda radical y moderada, o los relatos retrógrados de nuestra derecha radical y conservadora. Se logra difundiendo la mayor cantidad de narrativas de todas las sangres e ideologías que entren en competencia por instalarse en un imaginario sediento de progreso y éxito empresarial.

Una idea para impulsarlo sería que el ministerio de Cultura cree una plataforma pública y gratuita de streaming al estilo Netflix o Disney+, donde los ciudadanos peruanos encontremos títulos diversos para todos los gustos, desde cortos, documentales, películas, series, novelas y otras que se refieran a nuestra historia y prácticas culturales, las cuales buscan ser descubiertas y visibles, y por falta de lugares de divulgación no son puestas en exhibición y a la mano de todos los peruanos. La mayoría proviene de recursos propios y privados, y no de financiamiento público, que resulta siendo siempre escaso.

Esta revolución digital que obligue a pensar en inclusión cultural en automático es una condición indispensable para que hablemos de un cambio contracultural que ponga en valor el verdadero ser de los peruanos en su vida cotidiana, y no el deber ser que algunos iluminados creen que debiera ser el Perú porque ellos así lo desean.

Nuevos vientos corren en el sector Cultura. Estamos seguros de que la ministra Urteaga y su viceministra Vegas estarán a la altura de las nuevas circunstancias.

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