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Interesante e importante experiencia

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Fecha Publicación: 14/09/2025 - 21:01
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Patrocinando profesionalmente a sindicatos en sus negociaciones colectivas de trabajo con sus empleadores, procuraba que alcancen significativos beneficios en sus remuneraciones y condiciones de trabajo. No era fácil, los patronos no “cedían” y, fracasado el trato directo y la junta de conciliación, acordaban recurrir a la huelga.
En una oportunidad, un empresario me pidió que lo asesore en materia laboral. No fue fácil aceptarlo. Debido a que el solicitante era honesto, lo acepté. Un problema fue que se avecinaba la presentación del Pliego de Reclamos. Ese fue mi problema como asesor.
Observé que la empresa realizaba a puerta cerrada las sesiones de su directorio porque trataban asuntos importantes para su negocio, entre ellos los aumentos de remuneraciones. Para el caso, reunían las informaciones de todas las áreas de trabajo para “estudiar” su decisión. Esas áreas estaban a cargo de trabajadores que, virtualmente, en “conjunto” sabían todo lo del centro de trabajo. Esto me permitió proponer un cambio en las relaciones patrono-trabajadores.
Propuse a los dueños que sus reuniones de directorio las realicen a “puerta abierta” y no importaba que algunos trabajadores se paren en la puerta a escuchar los “diálogos” de los empresarios, porque todo lo que se oía tenía relación con lo que conocían cada día los servidores de todas y cada una de las áreas de la empresa. Un asunto de los dueños era “cómo enfrentar” al sindicato durante las negociaciones del pliego de reclamos. Obviamente sabían que en el año próximo les presentarían “el pliego”. Les preocupaba el aumento del costo de producción de bienes y/o servicios y los precios que en el mercado ofrecía la competencia, y si hay aumento remunerativo, “ese aumento” eleva el costo de producción y, por ende, el de venta.
Les propuse a los dueños que se adelanten (a octubre y/o noviembre) a resolver el costo de producción con un aumento salarial y mejora de condiciones de trabajo y conocer los “precios” que podría ofrecer la competencia para que puedan tener la solución.
Aceptaron. Y les aconsejé que no esperen la presentación del pliego y que antes de fin de año llamen al sindicato y trabajadores a proponerles que les aumentarían “en tanto” las remuneraciones y mejoras de condiciones laborales del próximo año. Los trabajadores quedaron absortos y, como se trata de “mejoras”, ¡aceptaron! Total, ya no tenían que presentar pliego de reclamos cada próximo año.
Debe tenerse en cuenta que un empresario invierte para ganar y los trabajadores quieren los aumentos porque el costo de vida se eleva.
El empresario requiere trabajadores y estos, que haya puestos de trabajo; ambos inexorablemente se complementan. Entonces, a los dos les conviene que “el negocio” progrese.
¡Mi citada experiencia me resultó importante!Patrocinando profesionalmente a sindicatos en sus negociaciones colectivas de trabajo con sus empleadores, procuraba que alcancen significativos beneficios en sus remuneraciones y condiciones de trabajo. No era fácil, los patronos no “cedían” y, fracasado el trato directo y la junta de conciliación, acordaban recurrir a la huelga.
En una oportunidad, un empresario me pidió que lo asesore en materia laboral. No fue fácil aceptarlo. Debido a que el solicitante era honesto, lo acepté. Un problema fue que se avecinaba la presentación del Pliego de Reclamos. Ese fue mi problema como asesor.
Observé que la empresa realizaba a puerta cerrada las sesiones de su directorio porque trataban asuntos importantes para su negocio, entre ellos los aumentos de remuneraciones. Para el caso, reunían las informaciones de todas las áreas de trabajo para “estudiar” su decisión. Esas áreas estaban a cargo de trabajadores que, virtualmente, en “conjunto” sabían todo lo del centro de trabajo. Esto me permitió proponer un cambio en las relaciones patrono-trabajadores.
Propuse a los dueños que sus reuniones de directorio las realicen a “puerta abierta” y no importaba que algunos trabajadores se paren en la puerta a escuchar los “diálogos” de los empresarios, porque todo lo que se oía tenía relación con lo que conocían cada día los servidores de todas y cada una de las áreas de la empresa. Un asunto de los dueños era “cómo enfrentar” al sindicato durante las negociaciones del pliego de reclamos. Obviamente sabían que en el año próximo les presentarían “el pliego”. Les preocupaba el aumento del costo de producción de bienes y/o servicios y los precios que en el mercado ofrecía la competencia, y si hay aumento remunerativo, “ese aumento” eleva el costo de producción y, por ende, el de venta.
Les propuse a los dueños que se adelanten (a octubre y/o noviembre) a resolver el costo de producción con un aumento salarial y mejora de condiciones de trabajo y conocer los “precios” que podría ofrecer la competencia para que puedan tener la solución.
Aceptaron. Y les aconsejé que no esperen la presentación del pliego y que antes de fin de año llamen al sindicato y trabajadores a proponerles que les aumentarían “en tanto” las remuneraciones y mejoras de condiciones laborales del próximo año. Los trabajadores quedaron absortos y, como se trata de “mejoras”, ¡aceptaron! Total, ya no tenían que presentar pliego de reclamos cada próximo año.
Debe tenerse en cuenta que un empresario invierte para ganar y los trabajadores quieren los aumentos porque el costo de vida se eleva.
El empresario requiere trabajadores y estos, que haya puestos de trabajo; ambos inexorablemente se complementan. Entonces, a los dos les conviene que “el negocio” progrese.
¡Mi citada experiencia me resultó importante!

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