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Integridad

Fecha Publicación: 01/02/2019 - 21:30
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Hoy toca hablar sobre nuestros líderes. No, no sobre nuestros líderes políticos –gracias a Dios–, sino sobre nuestros líderes empresariales. Aquellos que generan empleo, que saben generar valor para la sociedad y que terminan siendo los principales artífices del bienestar económico de una nación. Ya la semana pasada hablamos sobre las características necesarias para lograr obtener, y mantener, un empleo en el mundo económico actual. Hoy compartimos las características necesarias de un líder. Del líder de esa empresa en la cual ansiamos trabajar.

Un líder no es necesariamente el más educado o el que más talento tiene. Un líder se resume en algo muy simple: en integridad. En cómo tratas a la gente a tu alrededor. La integridad no es algo que aparece de un momento a otro, es algo que se construye durante toda una vida. Es algo, sin embargo, que se puede destruir en un santiamén. Y, cuando se pierde, difícilmente se recupera.

Para lograr ser exitoso en un negocio requerimos que todos nuestros colaboradores remen en la misma dirección y que, luego de que han aprendido a remar, tengan ganas de quedarse en nuestro barco. Ser un líder que logra eso no es fácil, ya que la lealtad de nuestros trabajadores no es comprable. Se dice, con gran acierto, que los empleados no dejan las empresas, lo que realmente hacen es abandonar a los malos líderes. La transparencia, la autenticidad y ser un ejemplo viviente de lo que profesamos son nuestros mejores aliados al intentar generar compromiso y lealtad. Son los pilares de nuestra integridad y de nuestro potencial liderazgo. Richard Branson dice que “debemos entrenar a nuestros trabajadores lo mejor posible de manera que puedan siempre encontrar buenas opciones laborales, pero que al mismo tiempo los debemos tratar de manera tal que no quieran irse”.

La integridad es la principal característica de un líder, ya que si no la tiene lo que logrará serán resultados cortoplacistas. La intimidación y las amenazas rinden resultados poco duraderos ya que tarde o temprano se cansarán de ti. Robarse el crédito por el trabajo de otro, echarle la culpa a otro cuando es nuestra, prometer falsamente algo para lograr un objetivo, favoritismos, despreciar la lealtad y el esfuerzo, o el maltrato, son comportamientos que desacreditan el liderazgo y a los cuales debemos estar siempre atentos.

Para ser un líder se requiere ser íntegro, y de esos hay pocos.