Insolación política

Pongamos amor en cada uno de los actos de nuestra vida, con fe, con voluntad, con esperanza, sabiendo que no estamos solos; Dios nos ilumina, bendice y ayuda siempre…, a cada instante, a cada aliento, a cada palpitar de nuestro corazón.

Seamos mejores personas, más humanos y solidarios; valoremos la Patria donde hemos nacido, somos seres pensantes, aunque los medios de comunicación social y el Gobierno traten terca y absurdamente de manipularnos, gozamos de nuestra libertad e independencia de conciencia, con eso basta y sobra.

Hagámoslo en el umbral de este nuevo año que se inicia, nuestra familia y el Perú lo reclaman y para eso no hay necesidad de tener cargo de elección popular o ser nombrado a dedo; está en nosotros mismos como personas.

El cierre del Congreso de la República es una disolución discutida, ya que no existe precedente alguno de “denegación fáctica”, salvo en la mente del mandatario y sus felipillos, mientras una masa ignara se alocaba y aplaudía como focas, la triste realidad será peor con cada individuo que postula por un escaño.

Es inadmisible que gente proba haya sido tachada por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y la manada de aventureros en busca de una curul tengan el visto bueno de Vizcarra y todo para que el próximo Parlamento Nacional no lo acuse constitucionalmente (402 candidatos de los 21 partidos fueron excluidos, en última instancia, por el JNE).

No existe la más mínima expectativa ni la fiebre de la movilización de los ciudadanos, están con la resaca de las fiestas navideñas y de Año Nuevo, sumado a eso la falta de ideas y de debate programático, todo gira en la cantaleta de reducir los sueldos de los congresistas y eliminar la inmunidad parlamentaria, hay un increíble déficit de oferta de propuestas, debido esencialmente que son “políticos de ocasión”, por obra y gracia de las cúpulas de los partidos y por una “lección interna” que sabemos a todas luces no es cierta, se escoge, elige y nombra a dedo o en función a su capacidad económica.

Hoy no hay un equilibrio de poderes, se gobierna a través de Decretos de Urgencia (DU) que nadie puede fiscalizar. Existe también un abuso de la Fiscalía y el Poder Judicial, donde la política se está criminalizando y a cualquiera se le “condena” con prisión preventiva para investigarlo.

Este es el panorama político-veraniego, les aseguro que la temperatura fluctuará arriba de los 40 grados y la insolación dependerá cómo se conforme el nuevo Congreso de la República, el bronceado estará en la cordura de cada votante pensante y que no se deje manipular.

Un presidente de la República no solo debe serlo, sino sobre todo parecerlo; sin embargo, Vizcarra no es ni la sombra de un mandatario, muy por el contrario es el que avasalla poderes y sigue con su cantaleta de lucha contra la corrupción, mientras sus ministros tienen que renunciar por actos non santos.