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Inflación persistente y recesión global

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Fecha Publicación: 05/11/2022 - 22:15
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En el mundo existe tensión por la persistente inflación internacional, por la respuesta de las políticas monetarias de los países y por la posibilidad de una recesión global.
En 2022, la desaceleración del crecimiento económico de China (de 8.1% a 2.8%), Estados Unidos (de 5.7% a 1.4%) y Europa (de 5.4% a 2.5%) que constituyen el 47% de la producción mundial, están enfriando el crecimiento del resto del mundo.
Este crecimiento post pandemia (2021) estuvo impulsado por la recuperación de la demanda interna, facilitada por la disminución de las restricciones vinculadas a la covid y por el incremento de las exportaciones. Pero, desde el inicio del conflicto en Ucrania (marzo 2022) y las consecuencias de las sanciones económicas y financieras a Rusia, se agravó la inflación global, y se fue haciendo más persistente.
La creciente inflación ha causado aumentos de las tasas de interés, provocando la salida de capitales y la depreciación de las monedas respecto al dólar. En el Perú llegó a 3.997 soles al cierre de octubre, pero se prevé que retrocederá en noviembre, por una posible moderación en la tendencia alcista de la tasa de referencia de EEUU.
País sobre el que, no obstante al crecimiento de 2.6% del tercer trimestre de este año, entre los especialistas hay consenso de que se entrará en recesión en los próximos doce meses, pero que podría ser corta y poco profunda.
El colosal estímulo económico del presidente Biden a principios de 2021, en bonos y subsidios, puso por primera vez a la inflación en su trayectoria creciente, antes de que la invasión rusa de Ucrania hiciera que los precios se dispararan aún más.
La inflación en Europa alcanzó el récord del 10.7% en octubre, debido al fuerte incremento de los precios de la energía (41.9%); el Banco Central Europeo – BCE, a fines de octubre elevó el principal tipo de interés en 0.75% para combatir la inflación.
China enfrenta crisis complejas con una economía que está ralentizándose drásticamente (Covid Cero), un colapso del sector inmobiliario y un desempleo récord entre los jóvenes. Una desaceleración económica prolongada en China aumentará el riesgo de recesión global.
Según el Banco Mundial, las economías de América Latina y El Caribe recuperaron sus niveles prepandemia y existe cierta sensación de recuperación de la normalidad, aunque las economías deben reactivarse para evitar un nuevo ciclo de bajo crecimiento.
Según la CEPAL, en 2023 en Latinoamérica se espera una desaceleración tanto del crecimiento como del comercio, tasas de interés más altas y menor liquidez global.
En este contexto, varios países se ven particularmente afectados por el bajo dinamismo de China que es un importante mercado para sus exportaciones de bienes. Chile, Brasil, Perú y Uruguay destinan a China más del 30% de sus exportaciones de mercancías.
La CEPAL advierte que los desafíos de las economías en la región son: recuperar los años perdidos de escolarización, completar la vacunación, enfrentar la inseguridad alimentaria, y continuar con la reducción de la pobreza monetaria que, de 30% en 2021, solo se reducirá a 28.1% en 2022.
Para el Perú, el FMI prevé un crecimiento del PBI de 2.7% el 2022 y de 2.2% el 2023. A pesar del desorden político Perú todavía aparece gozando de una economía estable, aunque en declive. En este contexto, debemos recuperarnos de los impactos de la covid de los últimos casi 3 años y del incremento de la delincuencia.
Los avances en la vacunación no nos deben hacer bajar la guardia, aún faltan varios sectores por complementarla. También es necesario mejorar las postas médicas, porque el primer piso de atención pública aún sigue siendo un desastre.
La seguridad alimentaria en el Perú se debe dar vía sustitución de alimentos por cereales andinos; harinas de papa, camote y yuca; intensificar el consumo de pescado; mejorar la productividad particularmente de las parcelas andinas, con tecnología y abonos; utilizar la roca fosfórica de Bayóvar, principal componente de la urea, que actualmente se exporta a Brasil a doce centavos de dólar para importar después urea ya procesada a un precio aproximadamente de 2.5 dólares el kilo (20 veces más). El estudio de viabilidad económica para la construcción de una planta de fertilizantes como lo ha propuesto el actual Gobierno tendría un avance del 50% y camina a pasos lentos.
Para combatir la pobreza extrema se debería disponer de bonos permanentes que aseguren una correcta alimentación que disminuya los niveles de desnutrición en nuestros niños y madres gestantes, propuesta también planteada por el FMI e incluso el Papa Francisco.

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