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Independicémonos cuanto antes de las ONG

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Fecha Publicación: 23/05/2025 - 23:00
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Hace un cuarto de siglo vivimos en un país carente de un Sistema Judicial limpio, oportuno, honesto, proactivo y justo. Todo empezó con la invasión de aquellas ONG financiadas, adoctrinadas y estructuradas por organizaciones extranjerizantes, subvencionadas por las más grandes fortunas del planeta (Rockefeller, Ford, Open Society-Soros, etc.). Estas se dedicaron a distribuir recursos provenientes de aquellas fortunas, destinándolos a las ONG. Es el caso de la Comisión Andina de Justicia, propiedad de Diego García Sayán —colaborador del expresidente Alberto Fujimori— quien “reestructuró” el Sistema de Justicia peruano. De allí en adelante, García Sayán se abocó a “reformar” —destrozar sería el término preciso— nuestro Sistema Judicial. Luego fue sustituido por Gustavo Gorriti, sujeto improvisado en leyes y en Derecho, que acabó financiado por el inescrupuloso George Soros a través de la ONG Open Society. El resultado es el actual esperpento que manipula a nuestro Poder Judicial, donde la palabra Justicia es más que una broma, y nuestros jueces y fiscales son más bien unos operadores políticos antes que magistrados jurídicos.
Como tal, Perú ha soportado —y continuará haciéndolo— la desconfianza de una población frustrada por la carencia de Justicia y el aumento de la impunidad. Los criminales —más aún los corruptos— generalmente evaden el castigo y generan más ilícitos. Pero así se multiplica la corrupción, se desalienta la inversión y, consecuentemente, se contrae el crecimiento económico; pues el inversionista desconfiará de esa falta de Justicia que fomenta nuevos ilícitos, debilitando el Estado de Derecho y aumentando la ruina social, institucionalizando la violencia. Secuencia que derivará en el cese del desarrollo que, finalmente, arruinará a esa sociedad.
Es hora de acabar con el círculo vicioso que retroalimenta no solo la delincuencia, sino que fomenta mayor corrupción. Las ONG, causantes de semejante desastre, se han enriquecido, y sus propietarios transformados en señoritos de la política nacional. Entre tanto, la nación se ha envilecido, empobrecido y corrompido a extremos impensables. La política mundial de la “ayuda” primermundista —vía entes opacos denominados ONG —Organizaciones No Gubernamentales— para que enrumbasen a Occidente tras el desmoronamiento de la URSS— fracasó hace años. Y su subsistencia solo genera corrupción, atraso y debilitamiento a las democracias. Como es nuestro caso. Por tanto, aquella política impuesta tras el derrumbe del Muro de Berlín nos perjudica cada día, multiplicando la corrupción, el caos, la injusticia y la crispación social.
Necesitamos librarnos, independizarnos del corrupto, ineficaz, colonialista, canalla y pervertido sistema de las ONG. ¡Y únicamente podríamos lograrlo con un gobernante de derechas elegido por los peruanos en abril de 2026! Es momento de poner en marcha un plan coherente, seriamente estructurado. Los postulantes a la presidencia que se presenten por la derecha debieran evaluar esta propuesta. El Perú no aguanta ni un año más supeditado a la esclavitud de que nuestras instituciones —que imparten Justicia: Fiscalía y Poder Judicial— permanezcan sin reestructurarse, dependiendo de entidades extranjerizantes que impiden el retorno de aquella brillantez que tuvieron tantos políticos, magistrados y pensadores nacionales, en la práctica actualmente desaparecidos por la colonización que seguimos soportando de las nefastas ONG.

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