Ímpetus y letargos para atraer inversiones en América Latina

Los recientes vientos liberales en América Latina avizoran un mayor énfasis en políticas que promueven la inversión privada para el 2024. Tres países destacan por su impulso social y político en sus debates por una economía robusta:
1) El Salvador, Bukele trabaja en transformar la imagen del país, pasando de ‘autoritarismo e inestabilidad’ a ‘seguridad y confianza’ para atraer inversión extranjera. Las calificadoras de riesgo JP Morgan y Fitch Ratings han mejorado recientemente la posición del país gracias a sus perspectivas de crecimiento y estabilidad política. Esto quiere decir que las reformas de seguridad están dando resultados positivos y los inversionistas valoran estas calificaciones.
2) Ecuador, Noboa tendrá solo 16 meses en el cargo y necesitará mantener la disciplina fiscal y responsabilidad en el gasto público para fortalecer la dolarización. Este desafío incluye combatir el narcotráfico, el crimen y, sobre todo, garantizar una economía estable que atraiga inversión privada.
3) Argentina, si Milei resulta victorioso en las elecciones, contará con tiempo para llevar a cabo su promesa reformista contra la burocracia. Una de sus principales propuestas es la dolarización siguiendo el ejemplo de Ecuador. Como economista, Milei debería interpretar adecuadamente las señales de mercado y ajustar su comunicación para no alarmar a los inversionistas.
En cuanto al resto de países, Bloomberg, basándose en datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), señala que en 2022 la inversión extranjera aumentó más del 50% en comparación con 2021. A pesar de ello, se prevé que 2023 será un año económicamente complicado por las turbulencias financieras y las guerras. A pesar de la creciente necesidad de inversión extranjera en la región, ésta avanza lentamente debido a las altas tasas de interés y la incertidumbre política.
Los inversionistas buscan países con políticas empresariales inclusivas y sostenibles para invertir, pero priorizan aquellos que muestran señales claras de reformas. Los gobiernos de izquierda no están tomando medidas para optimizar la eficiencia del sector público, por el contrario, lo burocratizan. Según el Banco Mundial, las reformas pendientes en la región deberían enfocarse en la tributación empresarial, la reducción del costo de capital, el incremento del nivel educativo de la fuerza laboral, la mejora de la infraestructura y la promoción de la estabilidad social. Si se implementaran adecuadamente estas medidas, América Latina podría convertirse en un destino atractivo para el “nearshoring”. Esto significa que países o regiones, como EE.UU., buscarían invertir en América Latina para transferir sus procesos y tecnologías, reduciendo costos, tal como ocurre entre EE.UU. y México.
Varios países en América Latina ya están adoptando una tendencia liberal proactiva para mejorar el clima político y económico. Sin embargo, en Perú, la situación es diferente. Alfonso Bustamante, presidente de CONFIEP, mencionó en una entrevista reciente que “El gobierno [de Boluarte] no perjudica la inversión privada, pero tampoco muestra iniciativas para promoverla”. Esta postura ambivalente del gobierno peruano es contraria a la dirección que toma la región y podría resultar en un rezago para el país. Las recientes campañas en América Latina han intensificado el deseo de la población por líderes con determinación y pasión para impulsar reformas económicas sensatas en sus naciones.
Para enviar señales promotoras en Perú es esencial agilizar los proyectos estratégicos en minería y asegurar un ambiente libre de conflictos sociales. Si el gobierno de Boluarte está atrayendo inversiones a través de PROINVERSIÓN, a la par debe simplificar procesos, continuar con reformas y rectificar sus errores y los de administraciones anteriores. Esto incluye medidas como restablecer la Ley de Promoción Agraria, impulsar más proyectos bajo el esquema de Obras por Impuestos y establecer una agenda sectorial para identificar y promover proyectos atractivos para las inversiones. Eso sería trabajar de verdad para atraer inversiones.

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