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I Domingo de Cuaresma, tiempo de ayuno, oración y limosna

Fecha Publicación: 29/02/2020 - 20:40
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Queridos hermanos, empezamos el tiempo de la cuaresma, que son cuarenta días de preparación para que el Señor realice en nosotros una transformación en nuestro ser. Por eso aparece el libro del Génesis que nos dice lo siguiente: “La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Cómo es que Dios os ha dicho: No comáis de ninguno de los árboles del jardín?”. Esta serpiente es la que tenemos dentro, y que nos hace inclinarnos hacia el mal. Esta serpiente está dejando una duda en los hombres por eso no somos libres.

Continúa diciendo la primera lectura: “Respondió la mujer a la serpiente: Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo toquéis, so pena de muerte. Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente comió. Entonces se les abrieron los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosiendo hojas de higuera se hicieron unos ceñidores”.

Por otro lado, el Salmo Responsorial 102 nos propone lo siguiente: “Misericordia, Señor, porque hemos pecado contra ti. Tengo siempre presente a mi pecado, créame un corazón puro, dame un espíritu firme y devuélveme la alegría de la salvación”. Después del pecado el hombre experimenta la muerte y la falta de comunión.

La segunda lectura es de san Pablo a los Romanos: “Por el delito de un solo hombre, entró el pecado y la muerte en el mundo. Por el delito de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte”. Sin embargo con un solo hombre entra la resurrección, la comunión, la alegría. Jesús rompe y aniquila el pecado del hombre.

Finalmente, en el Evangelio de san Mateo se nos dice: “Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes. Mas él respondió: Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo, y le dice: Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna. Todo esto te daré si postrándote me adoras”.

¿Qué es adorar al demonio? Es adorar al dinero, adorar tu idolatría. Ningún ídolo nos ha llevado a la felicidad, nos ha llevado a la frustración. Por eso, pidamos a Dios en esta cuaresma a través del ayuno, de la oración y la limosna; que podamos nacer de lo alto, que Dios rompa la idolatría, que rompa nuestro ser y se dé en nosotros un ser nuevo, el hombre nuevo del evangelio que es la felicidad. Esto pido a ustedes en estos cuarenta días que nos acercamos a la Pascua. Que la bendición esté con todos ustedes.

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